miércoles, 13 de noviembre de 2013

Ultimas noticias de presentaciones del libro

El miércoles 6 compartimos una presentación del libro con Hugo Paredero en el bello centro cultural Padre Mugica de Banfield. Aquí un breve video de la extensa charla.
El viernes 8 fuí al área Narrativas Dibujadas de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA para charlar sobre el libro junto a graduados y los especialistas en medios Oscar Steimberg y Laura Vázquez.
El sábado 9 me entrevistaron en el programa Nadie sale vivo de aquí que se emite por Radio Nacional Córdoba. El audio.
El lunes 11 participé con el co director de la revista Barcelona de una mesa organizada por la escuela de periodismo TEA de la defensa de la libertad de expresión en el humor político. Aquí un registro.

martes, 12 de noviembre de 2013

Siulnas

Oscar Vázquez Lucio, también conocido como Siulnas, murió 1 de octubre de 2013 luego de consagrar gran parte de sus 81 años al humor gráfico. Era periodista e historiador y trabajó de manera incansable hasta último momento.
Gran parte de su legado puede verse en este blog o rastrearse en "Historia del Humor Gráfico y Escrito en la Argentina" (Tomos I y II, Eudeba, 1987), "Aquellos personajes de historieta" (Punto Sur Editores) y los catálogos del Museo de la Caricatura "Severo Vaccaro", hoy cerrado.
La familia terminará de recopilar el material que Siulnas tenía para un tercer libro del Humor Gráfico y Escrito de la Argentina.
Cuando en el verano de 2014 lo contacté para mi libro sobre la revista Humor Registrado no tuvo inconveniente en darme los datos que disponía. También me contó que Oskar Blotta lo había convocado para Satiricón, el primer éxito de Cascioli en la sociedad con Blotta.
Siulnas me refirió que llegó a Blotta hijo porque conocía al padre de la época de Patoruzú y que en una de las primeras reuniones que tuvieron le espetó "¡Esto es lo que quiero que digas en la revista! Así, mi primera página gráfica en Satiricón estuvo precedida por una especie de presentación: 'Es bueno vivir con humor, pero vivir del humor es malo, al menos para mí. Por eso yo no vivo del humor. Claro que alguna vez sí viví del humor, y entonces cada chiste que creaba me permitía cubrir una parte de los gastos del mes: la factura del gas equivalía a un chiste, la de servicios eléctricos a dos chistes, la del teléfono a una tira humorística, la patente del coche a una doble página de chistes. Pero eso no era lo peor: también tenía que crear chistes para cubrir mis obligaciones impositivas, y ello le quita el buen humor a cualquiera. Pero ustedes no han comprado la revista ni se han detenido aquí para saber si un humorista vive o no del humor. Tal vez ni siquiera les interese averiguar quién hizo la página; no obstante el director quiere que me presente, así que les deslizo estos datos. Nombre verdadero: Oscar Edgardo Vázquez Lucio, 40 años, casado, un hijo, cuatro perros, tres gatos y un hobby emberretinado: el cine de paso reducido'".
El paso de Siulnas en Satiricón fue fugaz y motivado por el cambio de tono de la revista. El lo recordó así: "Creo que los que nos fuimos -Lino Palacio, Faruk y Landrú, entre ellos-, no teníamos de qué quejarnos; es como el caso de los diagramadores que se manejaron toda la vida con una escuadra, un lápiz negro, uno rojo y uno azul; y cuando se implantó el uso de computadoras en los medios donde trabajaban, les quedaban dos alternativas: adaptarse a las computadoras o renunciar. Nuestro humor no era ni mejor ni peor que el que se impuso después; sólo era diferente. Y de hecho, entre los que se quedaron y los que recién empezaban, hubo muy buenos humoristas; aunque lo de ellos no se pareciera a lo nuestro".
La entrada de Wikipedia dedicada a él ya fue actualizada y en este buen blog hay una entrevista al colega y maestro.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Aquiles

Cuenta la leyenda -casi todo lo que gira alrededor de la revista Humor tiene visos mitológicos- que en los negrísimos días dictatoriales, con mayor precisión los del año mundialista en el que César Menotti condujo la selección que levantó la copa, Aquiles Fabregat visitaba el estudio de Andrés Cascioli en Piedras y Venezuela engominado y con ese vozarrón tan uruguayo que lo emparentaba con Alfredo Zitarrosa. Además de saludar buscaba insistir, convencer al Tano, de volver al ruedo con una revista de humor.
No era que Cascioli no quisiera. Es que no tenían plata.
Fabregat había debutado a los 19 años en el periodismo uruguayo (había nacido en Montevideo en 1938); y también había alternado con el palo de la publicidad y ya en Buenos Aires, (desde 1974) había trabajado en Mengano, un remedo de Satiricón realizado por la editorial de Julio Korn; El Ratón de Occidente, un proyecto fugaz de Oskar Blotta y en una de las etapas de Tía Vicenta de Landrú.
Pero el dinero apareció y Fabregat se sumó al equipo que en junio del 78 armó esa revista que llegó a los kioscos hasta fines del 78 una vez por mes, desde enero del 79 cada 15 días y años más tarde cada siete, hasta que se discontinuó en octubre de 1999.
La angelada historia de Humor no cuenta por qué Fabregat dejó antes de aquel final la revista (con mayor precisión en 1994) y no abunda demasiado en lo que aportó él a la publicación y otras de Ediciones de la Urraca. Pues Fabregat fue secretario de redacción de Humor, co director de sex Humor y responsable de infinidad de piezas clásicas en ambas publicaciones como la saga del Eustaquio -posible gracias al gran conocimiento que el uruguayo tenía del español- o el cacique Paja Brava, entre tantísimos otros. Pero sobre todo fue uno de los tres pilares de esas revistas emblemáticas junto a Cascioli y Tomás Sanz.
Hoy se cumplen tres años de la partida física de Aquiles.
Que mejor homenaje que el retrato escrito el día posterior al que nos dejó por uno de sus mejores legados.
La nota que ilustra este post es de Radiolandia 2000 a los hacedores de la revista en 1981 (Fabre, al medio, cigarrillo en mano, flanqueado por Cascioli y el gran Alfredo Grondona White).

Negro sobre Blanco

El ciclo que conduce el maestro Carlos Ulanovsky por Canal Encuentro le dedicó un capítulo a la revista Humor donde hablan Mona Moncalvillo y Tomás Sanz, entre otros.
Aquí puede verse online o descargar el capítulo.

jueves, 7 de noviembre de 2013

martes, 5 de noviembre de 2013

El contra

La revista Humor en general y Andrés Cascioli en particular solían despreciar lo masivo y lo popular del humor argentino.
Ya en Satiricón, el primer producto periodístico que el Tano realizó con Oskar Blotta entre 1972 y 1974, había un especial ensañamiento con figuras del espectáculo y la farándula, como Roberto Galán o la mismísima Mirtha Legrand, protagonista de varias caricaturas de Cascioli y no precisamente favorecida.
Ya instalada la dictadura de Videla y compañía, figuras como Galán, Legrand, Juan Carlos Altavista, Jorge Porcel, Gerardo Sofovich y el hoy fallecido Juan Carlos Calabró no tuvieron una actitud de resistencia que sí blandía Humor. Por el contrario, siguieron en la pantalla y los teatros como si nada y, en algunos casos, con bastante obsecuencia hacia los represores.
Una de las tapas en la que aparece Calabró es esta de marzo de 1982, el número 78, donde se puede resumir el espíritu editorial de la publicación de Ediciones de la Urraca hacia esas figuras de la farándula y el tipo de humor que realizaban.

jueves, 31 de octubre de 2013

Treinta años después

No hubo número ni cobertura especial de la revista por el triunfo de Raúl Alfonsín aquel domingo 30 de octubre de 1983.
El resultado de las elecciones, sin embargo, puso a la publicación en una bisagra que se acentuaría más con la asunción del radical, la apertura democrática y el destape de la prensa.
La nave insignia de Ediciones de la Urraca y la Casa Rosada tuvieron desde el sábado 10 de diciembre una relación cambiante y sinuosa pero desde afuera era para muchos de simpatía y hasta oficialismo -no con el grado obsceno que muestran hoy algunos diarios y revistas-.
No ayudaron que ciertos colaboradores de Humor pasaran a asesorar con el gobierno como Pacho O'Donnell (sí, el mismo); Aída Bortnik y Luis Gregorich, por citar los más notorios.
En gran parte de esos casi seis años de mandato alfonsinista, esa tapa emblemática que había estado a cargo de Andrés Cascioli y Sergio Izquierdo Brown, comenzó a ser dibujada por Carlos Nine, de declarada simpatía peronista.
En esta imagen la renuncia de Gregorich -guionista de La República Perdida y luego miembro de Eudeba- publicada en el número 117 de la revista, un hecho inédito en la historia de la públicación -no hubo muchas más comunicaciones de alejamientos- y también en la prensa gráfica.

jueves, 24 de octubre de 2013

Se va la primera

No he ido a muchas presentaciones de libros en mi vida. Pero todas, incluso o en especial a las que no fui, me aburren de manera supina.
De todas formas había que hacer una presentación formal y busqué que sea en la Biblioteca Nacional. No sólo por toda la simbología del edificio, sino porque en él, con mayor precisión, en el subsuelo donde funciona la hemeroteca de diarios y revistas, nació este libro sobre Humor, un mañana cálida de julio de 2011 cuando buscaba material de archivo para una nota. Sí, todavía hay archivos de papel y gente que hurga en ellos. Yo soy uno de ellos y me encanta pasarme horas mirando viejas publicaciones en silencio junto a otros con los que parecemos monjes de clausura.
Así como no fui a muchas presentaciones de libros en mi vida, para mi era una incógnita qué hacer en el mío. ¿Contar chistes? ¿Elogiar el libro cual vendedor ambulante? ¿Hablar de las elecciones? En principio quería rodearme de los verdaderos hacedores de esta revista maravillosa, para que sean ellos los que hablen de Humor y quizás de mi trabajo.
Pero bueno: invité a todos los que entrevisté para el libro y no sé si por el horario o qué cosa hubo muchas ausencias. .
Estaba Hugo Paredero, claro, que escribió el prólogo y se sentó conmigo a presentarlo junto con el gran Santiago Varela y Daniel Enzetti, que se vino con toda la familia. También dieron presente Carlos Ulanovsky -en su cumpleaños y descompuesto-; Marcial Souto, sí, el del Péndulo; Jorge Barale; el síndico de la quiebra de Ediciones de la Urraca, Emilio Bianco; Judith Gociol y José María Gutiérrez, miembros de la casa y los amigos y colegas como Pablo Llonto, Sebastián Hacher, Sebastián Grandi, Juan Pablo Urfeig, Carlos Cristófalo, Rodolfo González Arzac e Ivana Romero, además por supuesto de la familia y amigos más íntimos..
Pero como había ocurrido en homenajes a la revista -el más reciente en junio auspiciado por el gobierno porteño y el semanario Noticias- hubo muchas ausencias del staff de Humor y creo que sería justo y necesario arriesgar por qué. A lo largo de mi investigación encontré que así como la historia de la revista Humor está llena de gloria, heroísmo, alegría, talento, aventura, también tiene en partes iguales desencuentros, broncas, resentimiento, dolor. Como la vida misma. Algunos habrán pensado que mi trabajo era a pedido de la familia de Andrés Cascioli y otros que no es el libro que la familia del Tano querría ver publicado. Bueno, siempre habrá alguien disconforme.
Dije algo así como que este libro tiene el que quizás sea el único mérito: contar la primera historia completa de la revista Humor, de Ediciones de la Urraca y Cascioli, Tomás Sanz y algunos otros más. Y yo como periodista no podía ni quería falsear los hechos, aunque sí, claro, omití algunos porque ciertos protagonistas no están con nosotros o no hacían a la historia o hubiesen creado una historia escandalosa e innecesaria que nadie se merecía.
Cuando digo completa hablo de que va desde la llegada de los padres de Cascioli a la Argentina hasta su muerte. Da cuenta del proceso creativo de muchas de las publicaciones que se editaron bajo el sello. Y también se asoma al origen, al principio de la crisis y a la quiebra de la empresa que sacó decenas y decenas de títulos.
Otro mérito del libro es que viene aportar material a la poca bibliografía que hay sobre la historia de nuestros medios. Y esa carencia no creo que sea casualidad. Me parece incluso que habla mucho de nuestros medios o al menos del poco ejercicio autocrítico, pasado y presente, sobre este oficio que algunos consideran profesión y otros trabajo que hicimos y hacemos como ganapan. Esta historia es incompleta porque no tiene una mirada sociológica, una mirada semiótica, un análisis del humor, los dibujos. No soy académico. Ni lo quiero ser.
Y también es incompleta porque tiene apenas unos 90 testimonios de las decenas de personas que trabajaron con y para Cascioli en las revistas de historietas, Satiricón, Chaupinela, Humor, El Periodista, Fierro, Humi, Hurra, etc y faltan la voz de algunos protagonistas o actores de reparto que no quisieron hablar o murieron. Creo que esos silencios también hacen a la historia de Humor.
Luego hablaron Paredero, Varela y Enzetti y entre todos creamos una atmósfera cercana a la nostalgia por una publicación que nos marcó a muchos y ya no volverá. ¡Como la vida misma!

“‘Hum(R)’ no mereció el final que tuvo”

Gracias a la colega Karina Micheletto por la nota para Página 12

lunes, 21 de octubre de 2013

Mona

Para febrero de 1983, cuando salió este libro de 556 páginas -un incunable que hoy cotiza 100 pesos en Mercado Libre-, Adelina Moncalvillo ya era Mona y había entrevistado para la revista Humor y en menos de cuatro años a Paulino Tato, María Elena Walsh, Jorge Romero Brest, Aída Bortnik, Pepe Soriano, Eladia Blázquez, Enrique Pinti , José Larralde, Isidoro Blaisten, Cecilia Rossetto, Ernesto Sábato, Martha Mercader, Carlos Carella, Joan Baez, Mario Vargas Llosa, Raúl Alfonsín, Italo Luder, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Adolfo Pérez Esquivel y Hebe Bonafini, entre tantos otros.
Eran entrevistas largas, que podían editarse hasta en ocho páginas, que ella preproducía con una investigación rigurosa en archivos de papel y la consulta entre los allegados al personaje. Las registraba con un enorme grabador Sony que sólo una vez falló en cerca de 600 charlas.
Y en aquel segundo mes del año en el que volvió la democracia, la revista Humor ya era masiva y los reportajes de Mona una sección clásica.
Había llegado en el otoño de 1979 luego de que el dibujante Cilencio la convenciera de que fuera a hablar con el Tano Cascioli porque sabía que Alicia Gallotti ya no colaboraba más con la publicación.
Mona le había propuesto a Cascioli rescatar las figuras prohibidas por la represión y la censura, pero él quería seguir con la cuota de frivolidad que llevaba Gallotti. Y aunque debutó con una entrevista al pintoresco árbitro de fútbol Guillermo Nimo, terminó por buscar a esas personalidades censuradas, la mayoría incluida en ese libro de reportajes.
Había nacido en 1947 en Curarú, un pueblo del lejano oeste bonaerense, más cerca de La Pampa que del puerto porteño y que el censo 2010 contó menos de 500 habitantes.
Estudió periodismo en la Universidad Nacional de La Plata donde la suerte le permitió tener de profesor "a alguien superior y maravillosa persona y profesional", Gregorio "Goyo" Selser, quien para 1971 trabajaba La Prensa y les pasó a los alumnos el dato de un concurso para la Municipalidad de Buenos Aires.
Mona lo ganó y se vino a la gran capital. Un año después entró a la agencia de noticias Télam. La llegada de los militares en 1976 le trajo una obligada renuncia y también la desaparición de un hermano.
"Para entrevistar a alguien, tenés que conocerlo muy bien", dice Mona, una máxima tal vez poco original, pero que no siempre se cumple.
"Un buen reportaje no es lo que se habla, es lo que se lee y hay una cierta diferencia en una charla y después en lo que lees", agrega.
Mona siente el sello indeleble de Humor en su curriculum. Se alejó a mediados de los 90, cuando la revista ya había iniciado el declive que la llevó a la quiebra en 1999, veinte años después de la fecha en que ella se animó a preguntar a los que nadie se atrevía.