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lunes, 29 de abril de 2019

María Elena Walsh y la revista Humor

María Elena Walsh fue homenajeada ayer en el marco de la Feria del Libro y, entre otras piezas de su maravillosa obra, se representó este texto publicado en el número 41 de la revista Humor en agosto 1980, que ya había recuperado la librería Eterna Cadencia el año pasado.
En el copete de este artículo se menciona que Walsh había sido entrevistada por la publicación y, en efecto, el reportaje se publicó en el famoso número 24 de diciembre de 1979. ¿Por qué famoso? Porque fue el primero en el que aparece un miembro de la Junta Militar y nada más y nada menos que Jorge Rafael Videla. Rescatar esta entrevista de Mona Moncalvillo permite reconfirmar que a pesar de lo que livianamente se afirma sí había medios que hablaban de censura. Vean las primeras preguntas sino.

viernes, 29 de marzo de 2019

Hablemos de Cilencio

La viralizacón esta semana de una viñeta de tremenda vigencia de Cilencio es una buena excusa para recuperar a un artista genial que tuvo la revista Humor y al que no siempre se dimensiona como se merece (no es el único, por cierto). Se llamaba Eugenio Cilento (1938) y se incorporó a la publicación en el mismo año de salida de 1978. Desde entonces tuvo páginas enteras de chistes mudos o con algún epígrafe y también se le reservó la retiración de tapa, lo que permite suponer la valoración que Andrés Cascioli le daba.

Cilento no sólo publicó en Humor porque antes, durante y después también lo hizo en revistas de todo el mundo como Gente, Rico Tipo, El Gráfico, Avivato, Tía Vicenta, Satiricón, Goles, Radiolandia 2000, las ediciones argentina de Playboy, de USA y España; Anteojito y Antifaz, Billiken, El Batracio Amarillo y La Codorniz y en los diarios El Mundo, La Prensa, Diario Popular y Crónica.

El mismo se definía así: "Soy antes que nada humorista, por vocación filosófica, y porque no se hacer otra maldita cosa, que dibujar y escribir, sobre todo humor, parte de hacerlo por radio".

Y aunque en vida recibió la medalla de oro en el Salón de Dibujantes de la Argentina en 1966 y el primer premio en Trento, en 1990, el mejor reconocimiento que podría recibir es que sus viñetas sean compartidas y exaltadas hoy por su tremenda vigencia. Otras de aquí abajo también son de una actualidad impactante. Síntoma de un país calesita, antes de un súper poder de Cilencio de predecir el futuro.

Murió en 2012, mientras trabajaba en Diario Popular).

La última viñeta es la que se viralizó, gracias a un rescate de la investigadora Mara Burkart. El resto son retiraciones de tapa de 1979, 1980 y 1981 y un autoretrato.

jueves, 2 de agosto de 2018

Hasta siempre Maicas

Eduardo Maicas murió hoy a los 67 años y nos deja, además de una gran tristeza, una gran trayectoria que incluyó ser uno de los puntales de varias publicaciones de Ediciones de la Urraca como Hum®, SexHum®, Humi, Fierro, además de trabajos trascendentes en radio y televisión -con maestros como Jorge Guinzburg, Carlos Abrevaya y Santo Biasatti- durante gran parte de los 80 y los 90. Dejó la empresa de Andrés Cascioli poco antes de que se decretara la quiebra, en 1999. En Hum® había arrancado como colaborador en el primer número, de junio de 1978, y llegó recomendado por su amigo Guinzburg, a quien había conocido en el ámbito publicitario: fue una doble página sobre el Mundial de fútbol.

Lo entrevisté una tarde para el libro -interrumpí un trabajo que hacía junto a Demian Aiello- en su departamento de Caballito y allí recreó una de las anécdotas que siempre gustaba contar y que lo retrata un poco.

Resulta que al salir SexHum® tuvo una presentación en el Centro Cultural General San Martín. Allí estaba Pablo Colazo, Aquiles Fabregat (que le imprimió el cuidado por el buen uso del lenguaje) y algunos dibujantes como Sanzol, Fortín, Meiji, Rep y Maicas. Maicas dibujaba la tira "Yironside" sobre una prostituta que trabaja en silla de ruedas. A la hora de las preguntas del público, un lector se paró y lo increpó:
-¿Usted hace "Yironside"?
-Sí.
-Yo pensaba que esa tira la hacía o un discapacitado o un hijo de puta...
-Maicas es las dos cosas, reaccionó Rep, para provocar una carcajada generalizada, incluido Maicas, con una discapacidad en una pierna que lo obligaba a llevar bastón.

miércoles, 20 de junio de 2018

Caputo, el de la Capureta

Durante la investigación de la historia de la revista Humor intenté buscar el testimonio de diversos dirigentes que habían sido blanco de caricaturas, tapas o incluso historietas; además de que pretendía determinar la relación con los distintos gobiernos o confirmar pistas sobre favores o presiones.

Correos electrónicos, llamadas telefónicas directas o por la vía de allegados, hice decenas de contactos, algunos en vano y otros productivos. Por ejemplo, Enrique Nosiglia nunca me dio una respuesta fiel a su personaje de monje negro de la política argentina. José Luis Manzano tampoco, fiel a su costumbre de no hacer aquello que no le reditúa. El entonces presidiario Albano Harguindeguy se escudó en el abogado defensor o viceversa. Carlos Corach fue escueto y amable.

Pero hubo dos personas –ambos radicales y funcionarios de Raúl Alfonsín- que sí accedieron a hablar de la relación con Humor. Rodolfo Terragno, amigo y abogado de Andrés Cascioli, colaborador de la revista y objetos de sátiras me recibió en su casa y charlamos largo rato sobre todo. Terragno fue el que me consiguió dar con otra figurita que hasta entonces se me hacía difícil: Dante Caputo. Le avisó de mi interés y me consiguió un correo electrónico. El ex canciller estaba en Washington como asesor especial del secretario general de la OEA.

Las facciones de la cara y algunas acciones que había desplegado como ministro de Raúl Alfonsín lo habían puesto en la mira de los humoristas. No sólo Humor se le animaba sino también imitadores como Mario Sapag que un día logró burlar la custodia presidencial e ingresó a la residencia de Chapadmalal disfrazado de él para reunirse con el jefe de Estado.

Para el carnaval del 84, la revista Humor regaló la "Capureta" que no era otra cosa que la cara del canciller junto con otra del entonces ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, otro pan comido para los dibujantes.

Entre marzo y abril de 2012, le escribí a Caputo no uno sino cinco emails y luego del quinto logré que contestara unas preguntas que aquí reproduzco como recuerdo ante de su muerte en este 20 de junio.

- ¿Leía la revista en la época de la dictadura? ¿Qué opinaba de ella?

- La esperábamos. Ya entonces conocía a Andrés a través de un gran amigo Jorge Alberto Sábato, quien escribía en Humor.

- ¿Recuerda cuándo apareció la primera caricatura suya y/o en qué situación era?

- No con precisión, pero debió 83 o comienzos del 84. A poco tiempo de asumir.

- ¿Qué le produjeron las caricaturas suyas que aparecieron desde entonces?

- Fue un lanzamiento a la pileta, me empezaron a reconocer por todos lados. No me molestaba en absoluto. Recuerdo que dije que quien no puede soportar una caricatura, debe estar hecho de espuma. Onganía cerró Tía Vicenta porque lo dibujaron como una foca!

- ¿Y cuándo hicieron la careta?

- Lo mismo,. En casa mis chicos usaban la capureta.

- ¿Qué era lo que le molestaba de los dibujos? ¿Había algo que le gustara?

- No especialmente, aunque me gustaban más los dibujos de Sábat, en Clarín.

- ¿Pensó en iniciar alguna acción judicial o hacer algún llamado telefónico?

- Esa es una pregunta que está en el límite de la ofensa. Si usted piensa que está entrevistando a alguien que por estas cuestiones puede recurrir a la justicia, me parece que vivimos en universos distintos. Voy a responder lo que falta sólo por respeto a Andrés.

- Una vez Andrés me dijo que alguien de cancillería, prensa, le había dicho de alguna molestia mía. Iniciativa propia de quien lo hizo! Ni por asomo, además iniciar una acción por cuál delito?

En todas las democracias hay revistas del tipo de Humor. En Francia Charlie Hebdo creo que es tres veces más osada de lo que era Humor. Alguien que intentara algo de ese tipo sería un ridículo.

- ¿La revista era tema de conversación en las reuniones de gabinete o gobierno?

- No que yo sepa. Me parece que había algunos temas un poco más apremiantes.

- ¿Guarda algún número donde esté usted?

- No y lo siento mucho. No me quedó ninguna capureta!

- ¿Pudo hablar con Andrés Cascioli o alguien de la revista de los dibujos?

- Creo que alguna vez lo hicimos, pero al pasar. Tengo de Andrés un gran recuerdo. Cuando salí del gobierno y llegó Menem y su revolución amoral, me dio espacio para escribir.

miércoles, 6 de junio de 2018

Cuarenta años no es nada

La noche de un día como hoy, pero de 1978, cuando la Selección que dirigía César Luis Menotti jugaba el segundo partido del Mundial de fútbol que se disputó en la Argentina (el 2-1 en el Monumental, con goles de Passarella y Luque y el descuento de Platini), llegaba a los kioscos el primer número de la revista Humor, que aquí pueden consultar completo. En esa misma página hay digitalizado mucho y buen material. Cuarenta años, sí, casi el doble de los que estuvo en la calle la publicación. Y no habrá homenajes, ni discursos, ni juntadas.

jueves, 11 de enero de 2018

Aquel enero del 83

Este 2018 es un año de aniversarios redondos para la revista Humor. En junio se cumplirán cuatro décadas de la salida a la calle y en estos meses 35 veranos del momento cumbre de ventas, en el del 83, cuando se produjo el intento de secuestro del número 97. En ese entonces, la revista se había convertido en un fenómeno imparable de una publicación mensual que era en el segundo semestre de 1978 a una quincenal que durante ese último lustro de la dictadura resultó el oxígeno de miles de personas. Para dimensionar ese crecimiento se podría decir que según el Instituto Verificador de Circulaciones, en enero de 1981 -cuando inició la auditoría-, el promedio de ventas era de 124 mil ejemplares que para fin de ese año trepó a 130 mil y en el año de la guerra de Malvinas se mantuvo en un ascenso, lento pero sostenido: en diciembre la cantidad superaba los 200 mil. Por eso, cuando la dictadura buscó impedir la distribución del famoso número 97, en enero de 1983, se armó un escándalo de proporciones como muestran los diarios de la época. Fue el único incidente grave que coronó intimidaciones, amenazas y tirones de oreja explícitos o solapados. Así lo recordaban cuando se cumplieron 15 años de aquel enero del 83.

lunes, 13 de noviembre de 2017

La profecía de Firpo

En revista Panamá escribí sobre las posibles explicaciones al derrumbe de la revista Humor desde el retorno de la democracia.

lunes, 24 de julio de 2017

Lucía Galán y el batallón 601

(Un oportuno extracto del libro) En julio de 1981, un hombre llegó a la redacción (de la revista Humor) que desde el mes anterior ocupaba todo el edificio de cuatro pisos de Salta 258, comprado por la editorial. El visitante pidió por Cascioli. Vestía de civil, pero se presentó como capitán de la Armada. El director había armado su espacio en el último piso del edificio, con más lugar para el tablero y un escritorio para su secretaria Nora Bonis, que le anunció: -Andrés, abajo hay un tipo que dice que es de la Marina y quiere verte a solas. -Bueno, que suba. Ni bien se acomodaron, el visitante sacó un arma que llevaba en la cintura y la apoyó en el escritorio. -Perdone, pero me molesta cuando me siento... -No hay problema. Usted dirá... -Bueno, veo que en el último número se burlan del aviso de la Armada Argentina donde canta una "nena insoportable"... -Ajá... -Ese aviso lo produje yo... que soy capitán de la Armada, bueno, en realidad trabajo en la parte de Inteligencia… -No diga... -El guión también es mío y el tema Su más valiente marinero lo hice yo y lo registré en Sadaic... -¿Entonces?... -Espere. Y la niña que lo canta es mi hija Lucrecia. -Bueno, ¿a qué viene todo esto? -No es ese solo el motivo por el que vengo a verlo. También dijeron que los del dúo Pimpinela no son hermanos... -Sí. -Yo soy el representante. Ellos sí nacieron en España. Y son hermanos. -Aja... ¿Entonces? -Yo estoy en la discográfica Columbia y es la primera vez que me pasa... -¿Entonces? -Quiero que se retracten o pidan disculpas y que hablen bien de ellos. Mire que esto se puede solucionar de otra manera... -¿Me está amenazando? Lo único que puedo ofrecerle es que usted escriba una aclaración y se la publicamos en el correo de lectores. -Mmm… de acuerdo. La carta se publicó y Alberto Gerardo Luna pareció quedar conforme. Sin embargo, tres días después de que el número 66 estuvo en la calle, lo llamó a Cascioli porque quería invitarlo a almorzar. "Lo paso a buscar en un rato". No hubo forma de decirle que no. El Tano se hizo acompañar por Garayoa, quien de casualidad estaba en la redacción. Cuando bajaron los esperaba Luna en un automóvil en cuyo asiento trasero había una joven que indicó el lugar a donde irían: una parrilla tradicional en la calle Suipacha. En el camino se desviaron para pasar por la esquina de Viamonte y Callao. "Acá trabajo yo", se ufanó Luna luego de señalar el edificio donde funcionaba el Batallón de Inteligencia 601. La joven tan parecida a Lucía Galán no volvió a abrir la boca mientras miraba por la ventanilla trasera.

lunes, 25 de julio de 2016

Perdón el oportunismo

Voy a llevar agua para mi molino. La pseudo e increíble polémica que en pleno siglo XXI tiene en el ojo de la tormenta a Marcelo Hugo Tinelli por la gran imitación del presidente Mauricio Macri que hace Freddy Villarreal en Gran Cuñado me recuerda que el animador televisivo tuvo hace 22 años otra increíble (pero no pseudo) polémica atravesada por la ironía, la sátira o como quieran llamarlo. Ahora, ante el repudiable ataque que sufre en las redes sociales por lo de Macri -con la más repudiable sospecha de que esté el Pro detrás de las pirañas virtuales-, Tinelli escribió: "Cuando las noticias lastiman, el humor sana. Nosotros hacemos humor para que las noticias lastimen menos. Les digo a los intolerantes que aunque nosotros no hagamos humor, las noticias van a seguir ahí. Tienen que cambiar las noticias, no el humor". En 1994 Tinelli tal vez no pensaba lo mismo sobre los límites del humor cuando el creador y fundador de la revista Humor, Andrés Cascioli, lo caricaturizó en esta tapa.
Era por el incipiente auge de las cámaras ocultas a indefensos, incluso jubilados, y de las risotadas burdas que a partir de eso se generaban. Tinelli se sintió ofendido y mandó carta documento a la editorial con amenaza de juicio. Ganó una retractación de Cascioli que se publicó en el número 478 en un recuadro titulado "Me pasé de revoluciones" que decía: "En el número 424 de Humor dibujé en la portada a Marcelo Tinelli castigando en broma a una viejita (Norma Plá) como habitualmente, en broma, hacía en su programa. Pero... se me fue la mano -o el pincel- y lo vestí con pilchas y emblemas nazis. Me equivoqué porque comprobé que Tinelli está lejos de esa ideología y además empilcha con marcas de primer nivel como corresponde a los top de nuestra farándula". No fue Tinelli, por cierto, el único que se sintió ofendido por las caricaturas de Cascioli y compañía y en esa troupe de intolerantes al humor entran desde Albano Harguindeguy, José Alfredo Martínez de Hoz, Florencia Peña y el paladín de cierto periodismo Bernardo Neustadt. Peña y Neustadt también querellaron a la publicación en plena democracia, que dicho sea de paso fue peor época judicial que la mismísima dictadura militar.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Vuelve SexHumor

La revista SexHumor volverá a salir en papel a fines del próximo noviembre de la mano de algunas figuras ligadas a la historia de la publicación y nuevos talentos. El aporte monetario será de Carlos Blotta, hermano de Oskar, amigo y socio en Satiricón de Andrés Cascioli, cuya marca le cedió en 2003. La publicación, que tendrá un logo distinto al tradicional, será dirigida por Jorge Barale e intentará seducir con un "one shot". "Si se vende, sigue; sino, no se hará otra", explica Barale. Entre quienes serán de la partida figuran históricos de la revista como Ana von Rebeur, Tabaré, Brenda Fabregat -la hija d Aquiles-, y nuevos talentos como Pepe Angonoa y Enrique Pilozo. "Es una edición de reclutamiento para ver donde se han metido los humoristas", agrega Barale y razón no le falta, frente a kioscos de revistas y diarios famélicos de humor gráfico. La SexHumor surgió en 1984, cuando se produjo el denominado destape, de la mano de los primeros pasos de la reconstrucción democrática. Cascioli, mentor de Ediciones de la Urraca y de, entre otras revistas Humor, notó que recibía muchos chistes de corte sexual y le encargó bocetar una publicación a Pablo Colazo -actual e histórico director de la revista Genios-, quien convocó a Juan Carlos Muñiz, Héctor García Blanco y algunos dibujantes y diseñadores. No hubo estudios de mercado. Solo la intuición enorme de Cascioli. Las ventas del SexHumor fueron un éxito y en poco tiempo la revista comenzó a ser quincenal como Humor, tanto que ambas vendían lo mismo. SexHumor tuvo una presentación en el Centro Cultural General San Martín. Allí estaba Colazo, Fabregat (que le imprimió el cuidado por el buen uso del lenguaje) y algunos dibujantes como Jorge Sanzol, Raúl Fortín, Jorge Meiji Meijide, Miguel Rep Repiso y Maicas, creador de la tira "Yironside" sobre una prostituta que trabaja en silla de ruedas. A la hora de las preguntas del público, un lector se paró y lo increpó: -¿Usted hace "Yironside"? -Sí. -Yo pensaba que esa tira la hacía o un discapacitado o un hijo de puta... -Maicas es las dos cosas, se apuró a contestar a Rep (Maicas tiene una discapacidad en una pierna que lo obliga a llevar bastón). La revista compartió el declive de la nave insignia (Humor), hasta que ambas cerraron a mediados de octubre de 1999 por la quiebra de la editorial.

viernes, 24 de abril de 2015

Alfredo

Podría caer en lugares comunes y escribir: "La muerte duele más cuando se va una buena persona". O los artistas nunca se van porque siempre reviven cuando te encontras con su obra. También podría caer en otro clásico remanido del periodismo vernáculo y ejercer el autoreferencialismo. Revelar cómo lo contacté para el libro, de la desconfianza inical y de la generosidad posterior y de su pedido de acortar formalismos: "No me trates de Usted. Entre periodistas y dibujantes hay una convención: somos todos iguales, aunque algunos, por desgracia, hayan nacido antes". Nos comunicamos por correo electrónico siempre y el último intercambio fue el 11 de diciembre de 2013 cuando me escribió para contarme que Papá Noel le había regalado mi libro. Quienes eran amigos y compartieron trabajos con él lo recuerdan con mayor justicia y sin lugares comunes en Internet, como este hermoso texto de Marcelo Lacanna. Ayer cuando me enteré que había fallecido no tuve reflejos ni lucidez para ensayar una despedida. Me emocionó ver que al margen de colegas había muchos lectores de Satiricón, Humor, Humi, Superhumor y SexHumor que recordaban con afecto los trabajos que desplegó en esa y otras publicaciones. Me ilusioné con que el periodismo gráfico le diera unas honras a la altura de lo que merece pero hoy que veo que no fue así. Y se me aparece una frase que otro maestro como Menchi Sábat me dijo en la investigación del libro al referirse a Andrés Cascioli: "La sociedad es muy injusta. Debería ser más solidaria con los esfuerzos, con la tenacidad y con la trayectoria de Cascioli". Supongo que estas palabras bien podrían aplicarse hoy a Alfredo Grondona White.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Fue sin querer queriendo

Cuando supe de la muerte de Roberto Gómez Bolaños recordé de inmediato esta tapa de la revista Humor (sí, es casi una obsesión), pero recién hoy leo que el colega y amigo Diego Rottman publicó esta historia que desconocía por completo. Puedo agregar que esta tapa del número 31 no está relacionada a ese entuerto porque es de abril de 1980, un año después de los hechos que se relatan. Y también que entonces Chespirito no se sintió molesto por aparecer retratado junto a Emilio Massera (como Quico), Jorge Videla (como Don Ramón) o Estela Martínez de Perón (como la Bruja del 71) sino porque adentro había una nota de Braccamonte (Carlos Llosa) que daba cuenta de un conflicto con Edgar Vivar por su mujer en la vida real (que encarnaba a Doña Florinda) y que ella estaba con él por interés. El entuerto quedó reflejado en las páginas de números siguientes con una aclaración. Braccamonte supo entonces que era común que Andrés Cascioli recibiera llamados de famosos que se quejaban de lo despiadado de la sección Espectáculos de la revista.

jueves, 12 de junio de 2014

Humor y los Mundiales

Hay muchos abordajes posibles para contar la historia de la revista Humor. Se analizaron bastante –en especial en el ámbito académico- los cinco años bajo el yugo de la dictadura. Pero también se podría narrar a partir de la evolución e involución del humor gráfico o de las famosas tapas; de la relación que hubo con los lectores o explicar el sinuoso recorrido de las ventas. También claro sería posible trazar etapas con cada Mundial de fútbol que se disputó a lo largo de los 21 años en los que la revista llegó a los kioscos. No sería forzado hacerlo porque la revista salió en la Argentina cuando comenzaba el Mundial del 78 e imperaba el terrorismo de estado. Aquel debut vendió alrededor de 22.000 ejemplares de los 25.000 impresos. Cuando cuatro años después se jugó el de España y la guerra de Malvinas tenía las últimas batallas, la publicación de Ediciones de la Urraca había crecido tanto que promediaba los 150 mil ejemplares (ya auditados por el IVC) y para el verano siguiente llegaría a los famosos 330 mil luego del número 97. Pero en el de México 86 estaba Raúl Alfonsín, con quien la revista tuvo una relación ambigua, y la circulación se había desplomado por debajo de los 90 mil y sería de 50 mil ejemplares para el de Italia 90, con Carlos Menem en la Casa Rosada y responsable de medidas económicas hacían mella en empresas como la de Andrés Cascioli. Cuando llegó el de Estados Unidos 1994, la revista comenzaba a ser la sombra de lo que había sido: sólo vendía 18.439 ejemplares. En el de Francia 1998, ni siquiera eso. Un año después dejaba de editarse.

martes, 8 de abril de 2014

Anatomía de una investigación

El amigo y colega Roly Villani me comentó hace poco que de haberme entrevistado por mi libro de la revista Humor lo primero que me hubiese preguntado era como había sido la investigación. Es una gran pregunta que, sin embargo, nadie me hizo hasta ahora en las notas periodísticas que tuvo la salida del trabajo.
Responder ese interrogante, aunque tenga que develar errores y dificultades, podría saciar la curiosidad del amigo y tal vez guiar a futuras investigaciones de éste u otros temas.
Empiezo por mis errores. El más básico es sin duda el haber llevado la idea a las editoriales sin tener muy claro qué quería hacer. "Contar la historia de la revista Humor y porqué una revista que había soportado la dictadura se vino abajo en democracia", explicaba. "¿Por qué no una biografía de Andrés Cascioli?", me contrapropuso un editor. Haré las dos cosas, me envalentoné. En ese road show muchos me preguntaron si tenía algo escrito. Pero sólo había una vaga idea, una fantasía. Líneas, ni una.
Ahí cometí el segundo error: haber firmado un contrato con la editorial. Porque una vez que haces eso empieza a correr el plazo de entrega como la cuenta regresiva de una bomba. Por suerte, la editorial que se entusiasmó con la idea tuvo flexibilidad, pero no todas obran de la misma manera e incluso -según comentan amigos y conocidos- las más grandes son como firmarle un 08 al Diablo.
Un primer consejo entonces sería: de tener una idea, hay que desarrollarla, masticalarla, definirla e incluso comenzar a escribir, antes de ofertarla. Una vez que se encendió la mecha, sonaste.
El tercer error -también básico por cierto- es no haber planificado el trabajo. ¿Por dónde arrancar? ¿Revisar la colección antes o después de las entrevistas? ¿A quién consultar? Podía mirar otros ejemplos, pero no hay una tradición local o universal en historiar o revisar el trabajo periodístico, de manera que no hay bibliografía sobre publicaciones periódicas para "robar" ideas o estructuras. Claro, porque entonces creía que con una estructura todo sería más fácil. Error. Una investigación, tendría que saberlo ya, no es una meta, es una forma de buscar algo que no siempre se sabe qué es. Una estructura puede dar pautas, pero nunca acotar el trabajo.
La bibliografía sobre Humor se limita a la compilación de su director Andrés Cascioli (Musimundo 2005) sobre lo mejor de lo publicado durante la dictadura, en el que a modo de introducción hay un esbozo de historia que se detiene en el último año de gobierno militar; y se completa con dos libros que analizan el mismo período pero con una impronta de tesina sociológica, campo en el que hay otros trabajos no menos interesantes, pero todos académicos (no lo digo con desprecio, sino que carecen de carne humana o detalles periodísticos). Ninguno abordaba la génesis ni el camino que transitó a partir del regreso democrático.
Fuera de esta publicación, no hay muchos libros que recreen el funcionamiento de medios, salvo algunas buenas excepciones. El libro de Gabriela Esquivada sobre el diario de Montoneros sería uno, pero pone más énfasis en la cuestión política del medio, el país, el peronismo, etcétera, que el día a día, la rutina periodística. Otro ejemplo podría ser el de Gustavo González de la revista Noticias, pero es un compilado de historias alrededor de tapas y notas, más que una reconstrucción del surgimiento y el derrotero de la redacción. También están los de Jacobo Timerman, o de La Opinión, Crítica y Primera Plana, que tampoco se centran demasiado sobre el funcionamiento.
Mi objetivo era recrear la historia, el antes, durante, después, quiénes, cómo, por qué, dónde, etcétera. Estaba claro que debía consultar la colección completa de la revista y entrevistar a los protagonistas principales de la historia de la misma. Pero ¿en qué orden? ¿A quiénes? La revista Humor se editó durante 21 años -566 números en total- y trabajaron varias decenas de personas. Pero muchas de ellas murieron, otras colaboraron de manera frecuente y otras en alguna que otra época. ¿Cómo priorizarlas? ¿Cómo ordenarlas?
Sobre las revistas, aunque resulta increíble, no tengo ni un sólo ejemplar de Humor, de manera que dependía de las hemerotecas, donde hay horarios y normas que acotan mucho el trabajo. Por ejemplo, las de la Biblioteca Nacional y del Congreso cierran todo enero. Sí, todo enero. Y el resto del año tienen un horario de atención al público, al que debía ir en mis ratos libres de un trabajo full time y una familia. Ambas instituciones tienen empleados muy amables, pero la burocracia es tremenda. Por ejemplo en la Biblioteca Nacional te dan de a un tomo por vez; en la del Congreso, de a tres; pero ni en una ni en otra el cuidado de las colecciones es inmaculado -por culpa de los usuarios casi exclusivamente-, faltan ejemplares, están rotos, etcétera. En ninguna de las dependencias están las colecciones completas. Por suerte tuve la fortuna de que el amigo Christian Rémoli tenía muchos ejemplares y otros los aportó el amigo Guillermo Salmerón y hasta un lector histórico Carlos Zeppa que entrevisté para el libro.
Ahora sé que debería haber revisado toda la colección antes de empezar las entrevistas e incluso podría haber escrito el libro sin entrevistar a nadie porque la revista solía dar cuenta del funcionamiento interno y tenía un contrato de lectura con los lectores, con un ida y vuelta y una transparencia poco frecuente. El haberlo hecho me hubiese permitido tener una idea más clara de a quien entrevistar y qué historias subrayar, qué y a quién preguntar, etcétera. La mayoría de la gente no recuerda algunas cosas hasta que no se las mencionas o se la arrancás de la memoria con un dato o una imagen.
En mi defensa digo que hacer una investigación es lo más parecido a desenredar muchas madejas, no un ovillo ni una mamuska. Madejas que tienen mugre, nudos y un largo desconocido. Una vez que comenzas a indagar es como internarse en un laberinto de pistas, guiones, preguntas y dificultades que te tiran la planificación a la misma mierda. Un dato te lleva a otro o te hace perder tiempo porque a la larga es mínimo.
El paso del tiempo y la quiebra de la editorial dificultó encontrar muchos documentos y papeles que hubiesen dado un marco formal a ciertos dichos, pero si en las hemerotecas faltan revistas y diarios, imaginen lo que ocurre con el papelerío.
Un párrafo aparte merecen las desgrabaciones. ¿Cuándo desgrabar? ¿Cuándo terminaste todas, apenas la hiciste? Lo más rápido posible porque muchas veces quedan detalles y anotaciones mentales que es bueno dejar asentado y además el resultado de una puede disparar otras entrevistas.
Mi idea inicial era escribir la historia de la revista, pero también de sus hacedores y, en especial, de Andrés Cascioli, editor responsable y creador de muchos de los clásicos del periodismo gráfico más reciente. Sería un error contar la revista Humor sin descifrar el ADN y en este caso era meterse en la trayectoria de Cascioli y de Perdón, Chaupinela y Satiricón. Y sería un error no ir más allá del angelamiento había respecto de Humor y Cascioli.
Cascioli murió en 2009, con lo cual ya no tenía la posibilidad de entrevistarlo. Tal vez fue una suerte porque cuando comencé las indagaciones me encontré con muchas broncas. Supe de su carácter fuerte y ahora imagino que de estar vivo hubiese influido de manera clara en mi trabajo, a favor o en contra. Que ya no esté y aquellas asignaturas pendientes hacen que mucha gente no quiera hablar de él o se sienta limitada para hacerlo con el grabador encendido.
También comenzaron a surgir otros personajes desconocidos para mí. Y aquella lista de potenciales entrevistados comenzó a sufrir agregados, tachaduras y el eje del libro a variar.
Hoy creo que entrevisté gente de más y que algunos podría haberlos soslayado, ¿pero cómo saberlo hasta que no terminó la entrevista?
Una cuestión extra con la que me topé es que los dibujantes, verdaderos artistas, no son muy dados a hablar de otros colegas como Cascioli e incluso de su propio trabajo (es lo más parecido a pedirle a un artista que interprete su obra) y más si se trata de lo que hicieron hace más de 20 años. Muchos no quisieron hablar, otros lo hicieron por escrito o fueron muy parcos. Los periodistas, en cambio, fueron locuaces, pero cuando el grabador se apagaba.
Soy de la época en la que se enseñaba que el off the record era sólo una orientación para el periodista, no algo para publicar. El que quiera publicar un libro escandaloso de Humor, con chismes y puteríos, encontrará abundante material, pero no cuente más que con mi advertencia de que se ligará un juicio. En el libro hay algunas insinuaciones y un lector atento interpretará el resto.
Finalmente, ¿cuándo se da por terminada la investigación? ¿Cuánto dedicar a la investigación y cuánto a la escritura? Cada uno sabrá. La ventaja de tener un contrato firmado y una fecha de cierre/entrega, es que te plantea una meta, pero eso no implica que tengas los tiempos definidos. La investigación podría haber seguido porque quedan virutas siempre, pero había que ponerse a escribir y eso también requiere repasar y repasar el texto para que quede bien claro lo que investigaste, ordenar los datos, priorizarlos, jerarquizarlos, para consolidar el resultado final, que nunca será el que imaginabas y siempre tendrá imperfecciones y mejoras.
Tal vez todo esta parrafada no venda bien el libro, pero ahí están las críticas que sirven mejor a ese efecto. Por otro lado, con seis meses en la calle, recibí el aporte de algunas erratas que serán corregidas si hay una segunda edición, pero ninguna desmentida.

domingo, 9 de febrero de 2014

Ni a palos

El colega Mariano Vespa me entrevistó para el suplemento Ni a palos que se edita con la edición dominical de Miradas al Sur y Tiempo Argentino. Aquí el resultado publicado este domingo.

martes, 28 de enero de 2014

A propósito del regreso de Joan Báez a la Argentina

Joan Báez volverá a la Argentina en marzo y es una buena excusa para recordar esta anécdota que ella protagonizó en 1981 con Mona Moncalvillo y la revista Humor, porque resulta una muestra clara de cómo cierta gente y publicaciones se la jugaban aun con la represión imperante.
Para esa fecha, la periodista ya había consolidado la sección de entrevistas dándoles espacio a personajes de la cultura y la política prohibidos por los militares en el poder. Los nombres los barajaba con Andrés Cascioli y Tomás Sanz y se trataba de gente silenciada en la Argentina o el mundo, como Báez o Joan Manuel Serrat.
La revista ya era masiva, con una venta promedio de 130 mil ejemplares, que le permitía sumarse o realizar acciones de resistencia cultural como apoyar Teatro Abierto u organizar un festival musical para contrarrestar la visita de Frank Sinatra.
El día de la entrevista un llamado interrumpió el desayuno de Mona. Era Adolfo Pérez Esquivel, titular de SERPAJ, un organismo clave en la lucha por los derechos humanos en aquella época y uno de los responsables de que Báez estuviera en Buenos Aires.
–Buen día, Mona, soy Adolfo....
–Hola, Adolfo, buen día, ¿qué contás?.
–Mirá, viene complicado el tema con Joan....
–¿Qué pasó?.
–Nos han avisado que colocaron una bomba en Paz y Justicia. Está todo cercado. Hay carros de asalto sobre México y....
–Ajá, ¿y Joan está ahí?.
–Sí..
–Bueno, voy para allá....
–Está peligroso, Mona....
–Lo vamos a hacer igual...
Cuando llegó al SERPAJ el panorama no había mejorado. La zona estaba vallada, había carros de asaltos, camión de explosivos, periodistas y fotógrafos. Armada con su grabador enorme y el fotógrafo Luis Sasso, Mona rescató a Báez del edificio y ante la mira de todos encararon un bar donde pudieron hacer la nota.
La entrevista se editó enseguida –número 60- con un copete que de arranque advertía de lo "underground" de la visita y que ningún productor había querido armar un show de la cantante que unos años antes había llenado dos Luna Park, donde casualmente cantaría Sinatra.

jueves, 23 de enero de 2014

Tarea ciclópea

La revista Humor es una de las pocas en la historia del periodismo gráfico argentino que tuvo fanáticos en el país y en el mundo capaces de atesorar todavía la colección completa de 566 números o decenas de ellos, aun a riesgo de perder espacio o relaciones personales. En la ciudad santafesina de Rafaela, un par de ellos realizan desde el año pasado una tarea ciclópea que hasta ahora nadie había realizado, arriesgo, por una cuestión de costos: digitalizar número por número y subirlo a esta web. Claro que no incluyen todo el contenido sino una selección del mismo. Sin duda un lugar para reencontrarse con la revista.

domingo, 12 de enero de 2014

El libro por los aires

La revista Cielos Abiertos que se distribuye en vuelos de Aerolíneas Argentinas me pidió un breve comentario sobre la revista Humor para promocionar el libro. Salió en el número de enero de 2014. Aquí el resultado.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Humor y la democracia

No se si alguien recordó ayer a la revista Humor, en el amargo día en el que se celebraron los 30 años de democracia.
Si observé temprano que el diario Buenos Aires Herald tenía una hermosa tapa referida al aniversario y que escribía Robert Cox, aquel director valiente y digno del matutino escrito inglés que en los años de la dictadura se jugó para denunciar desapariciones y publicar habeas corpus.
El Herald y Humor fueron de los pocos medios que alzaron la voz contra la represión política y cultural. Podríamos agregar El Porteño, Medios & Comunicación, Nueva Sión y no muchos más. No fue poco lo que hicieron contra la dictadura y para exigir el retorno de la democracia.
Sólo el Herald aún cuelga de los kioscos.
A partir de la salida del libro, muchos me preguntan si Humor podría estar en la calle. Algunos la añoran, tal vez porque gustan del pasado o porque en el esplendor de la revista las cosas estaban más claras que ahora.
La revista no duró sólo los cinco años que resistió la dictadura (78-83). Siguió 16 años más. Hasta una semana antes de que la Alianza ganara las elecciones de octubre de 1999.
Pero en democracia las ventas se vinieron a pique y y ya al final tenía una circulación más baja que en 1978. Y con eso todas las finanzas ya dañadas se resintieron. Y con esa economía delicada había que afrontar honorarios y costas de los juicios por calumnias e injurias (de por ejemplo Eduardo Menem, María Julia Alsogaray, Florencia Peña, Bernardo Neustadt, José Luis Chilavert, Marcelo Tinelli).
Humor no podría estar hoy en la calle porque con Andrés Cascioli murió en 2009 uno de los pocos editores que era capaz de reunir a gran parte de los talentosos dibujantes e ilustradores que tiene la Argentina. Pero él sabía que ya no había espacio para una revista de humor. Lo había intentado en 2002 con El Cacerolazo, un proyecto de Editorial Perfil donde no pudo tener todo el staff que él quería y tuvo que conformarse con periodistas castigados por Jorge Fontevecchia.
Imaginemos a Humor en la calle: ¿sería oficialista u opositora? La respuesta es más abierta todavía si se observa que a la revista Barcelona -que dicho sea de paso tiene una circulación bajísima- la pueden tachar de ambas cosas por una misma tapa. Además recordemos que la tacharon de oficialista bajo el gobierno de Alfonsín.
¿Qué haría Humor para competir con las redes sociales o la tinellización del humor que abarca a todos los medios de comunicación? ¿Cómo conquistaría lectores en los kioscos de revistas abarrotados de publicaciones para mujeres, sobre mujeres, de mujeres o con mujeres? ¿Cómo haría, en definitiva, para hacer productos de calidad como gustaba Cascioli, en un mercado deprimido y pauperizado por editores que prefieren bajar fotos de Internet a comprarlas o contratar reporteros y montar redacciones virtuales?
Pero volvamos a la democracia. Una de las cuestiones que no me canso de repetir es que nunca se terminará de dimensionar lo que hicieron Humor, el Herald y El Porteño en la dictadura.
Una de las primeras devoluciones que tuve del libro fue de un colega y amigo que se sorprendía de las cosas que los tipos escribían en aquellos años. Cosa como este editorial que adjunto -del número 94, noviembre de 1982- y que son apenas un botón de muestra de esta publicación que dio testimonio cuando la libertad de prensa y expresión sí estaban jaqueadas.