miércoles, 8 de marzo de 2023

Enrique Vázquez (1953-2023)

A esta altura habrán leído las necrológicas austeras y urgentes que se escribieron sobre el cordobés Enrique Vázquez, como ésta de la agencia Télam. Para tener buenos datos biográficos de él recomiendo el capítulo que le dedicaron Jorge Bernárdez y Luciano di Vito en #elfindelperiodismo (Sudamericana, 2017). Allí está casi todo. 

(foto gentileza Gloria Guerrero)


No pretendo caer en la autoreferencialidad con anécdotas personales que por otro lado no tengo.

 Tampoco atesoro los correos electrónicos que intercambiamos para concretar la única entrevista que me concedió para hablar sobre la revista Humor pero sí creo recordar que se hizo desear un poco. Tal vez fue la desconfianza de que no me conocía, el tema o la reticencia de algunos periodistas a ser entrevistados de manera formal por colegas.

Casi todo lo que me contó está en el libro que publiqué en 2013 así que lo único que quiero acá es reunir algunas de las muchas notas que firmó en la revista Humor Registrado desde 1980 hasta la democracia como la temprana primicia de la participación de Alfredo Astiz en el secuestro de Dagmar Hagelin (pueden leerla acá) .

En esta misma página hay más notas como ésta que escribió con Alejandro Dolina, responsable de acercarlo a la revista Humor. Ambos se conocían de Editorial Atlántida.

En la publicación de Ediciones de la Urraca comenzó con notas de temas internacionales o banales, pero fue la intuición de Andrés Cascioli la que lo empujó a escribir, desde 1981, cuestiones de la política nacional en plena dictadura, ayudados por las internas castrenses y, más tarde la derrota de Malvinas y la transición.

El rol de las columnas de Vázquez en Humor fue relevante y tuvieron repercusiones en su momento. Sería injusto dimensionar el trabajo o adjetivarlo pero sirven -como toda la colección completa de Humor- para cerrarle la boca a aquellos que aseguran que en la dictadura no se podía hacer periodismo ni contar los crímenes que ocurrían, en algunos casos, a plena luz del día. 

Los textos que aparecen a continuación son de entre 1982 y 1983 hablan por sí solos. 






















(perdón por el formato pero Blogger y mi impericia no ayudan)


miércoles, 6 de abril de 2022

Una larga entrevista

Casi nueve años después de la publicación del libro, el colega Gustavo Casals me entrevistó para hablar de la investigación sobre la revista Humor y todo lo que giró alrededor de ella.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Mona Moncalvillo (1947-2020)

En el otoño de 1979, Adelina Mona Moncalvillo tenía 32 años y un hermano detenido por razones políticas en la Brigada de Investigaciones de La Plata que estaba al mando del general Ramón Camps y la bendición del capellán Christian Von Wernich, a quienes ella había encarado con firmeza para que lo blanqueara. Ella mismo denunciaría ya en democracia al cura de cobrarles dinero por sacar del país al joven Domingo Moncalvillo que nunca más fue visto con vida.

Mona estaba desempleada: había sido obligada a renunciar a la agencia Télam cuando irrumpió la dictadura militar en la Casa Rosada. Egresada de la carrera de periodismo de la Universidad de La Plata en 1971 antes había trabajado en la oficina de prensa de a municipalidad porteña luego de ganar un concurso al que se presentó alertada por su profesor Gregorio Selser.

Una noche en el bar La Academia donde solían reunirse después del cierre la fauna de las redacciones, su amigo y dibujante Cilencio le avisó que en la revista Humor había renunciado Alicia Gallotti y le propuso hablarle a Andrés Cascioli de ella para cubrir el espacio de entrevistas que dejaba.

A Mona no le gustaban las entrevistas de Gallotti, por el tono y los personas (Ana María Campoy, China Zorrilla, Raúl Lavié, Chico Novarro, entre otros). Tenía otra idea en la cabeza.

Cilencio insistió, Mona, aceptó y Cascioli llamó. Se encontraron para conocerse. Ella creía que era una época ideal para hacer entrevistas porque había mucha gente muy buena y prácticamente desconocida, censurada, que no aparecía en ningún lado. En todos los campos de la cultura había listas negras.

- Nosotros tenemos todo en nuestras manos para rescatar esa gente. Para los que son conocidos y para los que no son conocidos -redondeó Mona.

- Mmm, no sé. A mi me gustan más los personajes que nos traía Alicia.

- Bueno, Andrés, pensalo y fijate.

- Dale, antes de una semana te llamo.

El Tano cumplió. Mona arrancó con dos personajes dispares. El primero fue el árbitro de fútbol devenido en periodista deportivo Guillermo Nimo: "¿Usted es charlista, showman o periodista...?", arrancaba la entrevista. Mona creía que la clave de todo reportaje era el conocimiento previo que podía acopiar del entrevistado.

El segundo entrevistado fue el censor Paulino Tato. "¿Usted es nazi?", preguntaba para arrancar el interrogatorio al por entonces célebre miembro del ente de calificación cinematográfica que recortaba -de manera literal- películas.

En el diálogo, el ya anciano de 76 años confesaría que se había desnudado y bailado arriba de una mesa, entre otras declaraciones explosivas para el ambiente imperante.

En los años siguientes y hasta febrero de 1983, Mona cumplió con su propósito y con un enorme grabador y la compañía del fotógrafo Eduardo Grossman entrevistó a María Elena Walsh, Jorge Romero Brest, Aída Bortnik, Pepe Soriano, Eladia Blázquez, Enrique Pinti, Larralde, Isidoro Blaisten, Cecilia Rossetto, Ernesto Sábato, Martha Mercader, Carlos Carella, Mario Vargas Llosa, Raúl Alfonsín, Italo Luder, Mercedes Sosa, las Madres de Plaza de Mayo, Atahualpa Yupanqui, Cipe Lincovsky, Francisco Manrique, Héctor Alterio, León Gieco, Magdalena Ruiz Guiñazú, Osiris Troiani, Helvio "Poroto" Botana, Arturo Illia, Adolfo Pérez Esquivel, Luis Gregorich, Antonio Cafiero, Guillermo Roux, Juan Carlos Gené, Guillermo Patricio Kelly, Hebe Bonafini y el obispo Jorge Novak.

Las entrevista a Alfonsín y Luder se publicaron a mediados de 1981, dos años antes de las elecciones presidenciales con las tendrían como candidatos. Al radical le pregunta sin eufemismos sobre los desaparecidos -"un problema realmente gravísimo" y Luder denuncia que "este proceso de reorganización nacional que nos ha llevado, después de cinco años, al borde del colapso".

Acá pueden leerse en pdf la entrevista a Báez, la de Illia o el de Gieco Las entrevistas ocupaban entre seis y ocho páginas y llevaban una gran producción previa, además de un gran riesgo. La de la cantante Joan Báez se concretó en un bar cercano al SERPAJ (que había gestionado la visita al país) cuando el edificio del organismo estaba desalojado por amenaza de bomba.

La sección se convirtió en un clásico de la revista –incluso imitada por otros colegas-, y continuó cuando ella se fue en 1994. "Había entrevistado a más de 600 personas. Estaba muy cansada, trabajaba en otros medios y creía que la etapa estaba cumplida", me contó alguna vez. Cinco años más tarde, la que cumpliría la etapa sería la revista Humor.

Esos 15 años en la revista ella los sentía como un sello indeleble, que le abrió algunas puertas, la hizo conocida, pero no lo vivió como una consagración. Luego vendrían otros trabajos en radio y televisión; fundaría Poder Ciudadano; dirigió Radio Nacional entre 2003 y 2007 y luego integró el directorio de Fondo Nacional de las Artes.

Murió este 30 de noviembre de una enfermedad pulmonar detectada hace un mes.

Ambas fotos son de Eduardo Grossman.

viernes, 3 de julio de 2020

Izquierdo Brown, el de las tapas

El dibujante, caricaturista e historiesta Sergio Izquierdo Brown era uno de los cuatro artistas que pusieron el arte de su plumin al servicio de esas obras editoriales que fueron las tapas de la legendaria revista Humor. Pero no hubo jactancia, pública al menos, de ese hito.
La generosidad de Andrés Cascioli, director de la factoría Ediciones de la Urraca y capitán de la nave insignia que era Humor, le permitió a Izquierdo Brown compartir ese espacio único desde el número 98 (el siguiente al célebre secuestrado) de enero de 1983 y por algunos meses más. Luego la tarea recayó durante el alfonsinismo en Carlos Nine y, en los 90, en el joven Luis Gaspardo.
Durante su participación en el ciclo Plop de Canal Encuentro contó detalles de aquellos años en Humor.
Porteño de 1938, Izquierdo Brown ostentaba un fronduoso prontuario gráfico cuando se sumó al staff de Humor y conocía muy bien a Cascioli. Había publicado en 1962 en Vea y Lea, una de las revistas emblemáticas de la Editorial de Emilio Ramírez, donde también dibujó para Damas y Damitas, Maribel y Leoplán.
También había ilustrado avisos para agencias de publicidad como en esa época estilaban otros colegas como Roberto Fontanarrosa, el mismo Cascioli u Oskar Blotta, el duo que gestó Satiricón (1972-1974).
En Satiricón, Izquierdo hizo tapas y dibujó las tiras El Marqués de Sade y La Pochi y cuando la redacción fue clausurada por la efímera presidencia de Estela Martínez de Perón saltó a las publicaciones que nacieron enseguida de la mano de Blotta (El Ratón de Occidente) y Cascioli (Chaupinela).
También ilustraría en Gente, El Gráfico, Pitos y Flautas, Primera Plana, Caras y Caretas y Panorama.
Pero la jactancia: cuando en 2011 encaré la reconstrucción de la historia de la revista Humor intenté contactarlo para que me diera su testimonio. Primero a través del hijo (Juan), luego por allegados e intermediarios y, al final, un llamado telefónico. Con mucha amabilidad y firmeza me dijo que no quería participar.
No me conocía y ahora supongo: tal vez desconfío de mis intenciones o tenía cosas que prefería no contar o, simplemente, creía que todo lo que tenía que aportar estaba en la colección de las revistas y otras publicaciones de La Urraca como Humi.
Supongo también que no consideraba aquellas colaboraciones en Humor algo superior a una carrera constante y brillante; merecedora de elogios extras o comparable a un acto de arrojo y valentía porque al igual que muchos de quienes trabajaron allí solo consideraba eso un trabajo más, aunque muchos de los lectores nunca terminaremos de agradecerles por completo.
Murió en la medianoche de este jueves en el Hospital Británico de Buenos Aires. Tenía 82 años.
La despedida de Tomás Sanz, jefe de redacción de Humor.









viernes, 21 de febrero de 2020

Luis Gregorich 1938-2020

Muchos creen que el número 97 de la revista Humor, famoso por haber sido secuestrada parte de su tirada, fue porque llevaba en tapa a un torpe Cristino Nicolaides -por entonces hombre fuerte del Ejército- sin poder hacer pie en una patineta. Ese fue uno de los tres motivos que generaron el intento de censura y una demanda del milico a Andrés Cascioli y Tomás Sanz, pero también a los columnistas Enrique Vázquez y Luis Gregorich por el contenido de los artículos de esa semana, enero de 1983.

La nota de Vázquez hablaba de las presiones del gobierno de facto sobre el Poder Judicial, mientras que la de Gregorich, titulada "El jardín de los rebrotes", comparaba las maniobras políticas de Adolf Hitler en 1933 para exagerar las amenazas de los comunistas y las advertencias de los dictadores argentinos de un posible resurgimiento de la subversión a partir de incidentes en Plaza de Mayo durante una multitudinaria manifestación de la Multipartidaria, la CGT y organizaciones de derechos humanos, durante la cual fue asesinado Dalmiro Flores.

Al retornar la democracia, Gregorich se sumó al gobierno de Raúl Alfonsín -participó del guión de la película La república perdida y e integró el directorio de Eudeba, entre otras tareas- y decidió no sólo renunciar a Humor, sino comunicarlo con un texto publicado en el correo de lectores. Tras contar el paso por La Opinión, Clarín y Medios & Comunicación -donde hablaba de la censura militar de manera abierta-, Gregorich aseguraba: "Hum® fue distinto. [...] Pude recobrar mi voz con todas sus modulaciones y matices. Nadie me prohibió nada ni me pidió que fuera prudente". Luego confesaba tener un "impedimento ético" para escribir de política "en un órgano independiente como Hum®".

Me acabo de enterar del fallecimiento de Gregorich y sentí la urgencia de recordarlo aquí, aun con el temor de que este blog se convierta en la sección de avisos fúnebres y con este texto apurado. La despedida que publicó el colega Daniel Gigena es más completa y detallada sobre quién fue de este gran periodista.

En este página hay una link para descargar completo el número 97.

martes, 11 de febrero de 2020

Au revoir Claire

La historietista Claire Bretécher -francesa, obvio- fue durante mucho tiempo la única dibujante que aportaba al ya de por sí cupo femenino ínfimo que a lo largo de la historia tuvo la revista Humor Registrado.

"¿Puede existir una mujer humorista? Sí, puede. ¡Claire Bretécher existe!, era el título de la presentación en el sumario del número 25, de diciembre de 1979. "Nosotros hemos sostenido siempre con firmeza -ya que los hechos así lo demuestran- que las mujeres no sirven para hacer humor. No nos vamos a desdecir, pero sí vamos a declarar que Claire Bretécher es una inmensa excepción confirmatoria de la regla", decía la nota que lejos de ocultar un tono machista lo remarcaba al calificarla de "increíble fémina" con un "físico no desdeñable y una carita que mata".

Bretécher empezó de niña a dibujar, estudió Bellas Artes y publicó desde 1963 obras satíricas de mucha repercusión como Celullitis o Ensaladas de Estación -publicadas en la archifamosa revista Pilote-, hasta que decidió editar su propia revista L'Écho des savanes, tal como hizo Andrés Cascioli con Humor, que mantuvo mientras colaboraba en Le Nouvel Observateur.

También incursionó como letrista de canciones y en la pantalla.

La consagración a nivel local e internacional llegaría con "Los frustrados" o "Agripina". La primera era una sátira de la izquierda acomodada que ella misma integraba - y la segunda el personaje de una adolescente impulsiva y egoísta que se convirtió en serie animada.

Se la consideró una pionera en temas íntimos, femeninos y feministas en los cómics, que luego alcanzó un público más amplio y de crítica social. «La mejor socióloga del año», la describió Roland Barthes en 1976. Para Barthes, "Los frustrados desmontaban irónicamente los mitos de la cultura de masas y los lugares comunes de la pequeña burguesía europea o de la nueva izquierda post-68".

Durante la investigación del libro intenté contactarla pero entre mi francés de traductor de Google y la sinuosa Internet no fue posible.

Había nacido en Nantes en 1940 y murió el lunes 10 último a los 79 años. El obituario de France 24.

La investigadora Mara Burkart escribe más sobre ella en este paper.

Y el colega Martín Pérez traza este perfil de ella en La Diaria.

jueves, 27 de junio de 2019

De remate

Con la infeliz coincidencia de que se produzca cuatro días después de la muerte de Andrés Cascioli, este viernes 28 a las 10:45, en el salón de remates del Poder Judicial (Jean Jaures 545, de CABA) se rematarán "en block, sin base y al mejor postor" varias marcas vinculadas a la historia de Ediciones de la Urraca, cuya quiebra se decretó hace 20 años y todavía se tramita en el juzgado Primera Instancia en lo Comercial N° 26. Se trata de HUMOR POLITICO, EL IMPRESO SEMANAL, HUMOR, SEX HUMOR, LA MOROCHA ARGENTINA, SUPERHUMOR, TIEMPO FUTURO, HISTO MAGAZINE, EL GOLPE, PELOTA, SELECCIONES INFANTILES DE MEÑIQUE, HOGAR, EL MES, TESTIMONIO SEMANAL, LIBRO DE HUMOR NEGRO, SEXO SALVAJE, HUM HUMOR REGISTRADO y HUMI. Quedan ustedes notificados.

miércoles, 12 de junio de 2019

Diez años sin el Tano Cascioli

“El trazo irreverente. 10 años sin Andrés Cascioli”, se titula la muestra gráfica que el próximo jueves se inaugura en el Espacio Eudeba/Arte ((avenida Rivadavia 1571) y homenajea al humorista, dibujante, creador y editor de las míticas publicaciones Satiricón y Humor fallecido el 24 de junio de hace diez años. La muestra podrá ser visitada de lunes a viernes de 9 a 18 hs hasta el 31 de julio. La inauguración es este jueves a las 18 y se anuncia la presencia de Tomás Sanz, Oche Califa y Carlos Ulanovsky.

lunes, 29 de abril de 2019

María Elena Walsh y la revista Humor

María Elena Walsh fue homenajeada ayer en el marco de la Feria del Libro y, entre otras piezas de su maravillosa obra, se representó este texto publicado en el número 41 de la revista Humor en agosto 1980, que ya había recuperado la librería Eterna Cadencia el año pasado.
En el copete de este artículo se menciona que Walsh había sido entrevistada por la publicación y, en efecto, el reportaje se publicó en el famoso número 24 de diciembre de 1979. ¿Por qué famoso? Porque fue el primero en el que aparece un miembro de la Junta Militar y nada más y nada menos que Jorge Rafael Videla. Rescatar esta entrevista de Mona Moncalvillo permite reconfirmar que a pesar de lo que livianamente se afirma sí había medios que hablaban de censura. Vean las primeras preguntas sino.

viernes, 26 de abril de 2019

Adiós Juan

El escritor y periodista rosarino Juan Martini murió hoy a los 75 años en Buenos Aires. Además de una gran obra literaria, Martini había pasado por la redacción de la revista Humor luego de regresar del exilio en 1986, primero como crítico literario y luego como prosecretario de Redacción. De allí se incorporaría como editor al sello Alfaguara.

viernes, 29 de marzo de 2019

Hablemos de Cilencio

La viralizacón esta semana de una viñeta de tremenda vigencia de Cilencio es una buena excusa para recuperar a un artista genial que tuvo la revista Humor y al que no siempre se dimensiona como se merece (no es el único, por cierto). Se llamaba Eugenio Cilento (1938) y se incorporó a la publicación en el mismo año de salida de 1978. Desde entonces tuvo páginas enteras de chistes mudos o con algún epígrafe y también se le reservó la retiración de tapa, lo que permite suponer la valoración que Andrés Cascioli le daba.

Cilento no sólo publicó en Humor porque antes, durante y después también lo hizo en revistas de todo el mundo como Gente, Rico Tipo, El Gráfico, Avivato, Tía Vicenta, Satiricón, Goles, Radiolandia 2000, las ediciones argentina de Playboy, de USA y España; Anteojito y Antifaz, Billiken, El Batracio Amarillo y La Codorniz y en los diarios El Mundo, La Prensa, Diario Popular y Crónica.

El mismo se definía así: "Soy antes que nada humorista, por vocación filosófica, y porque no se hacer otra maldita cosa, que dibujar y escribir, sobre todo humor, parte de hacerlo por radio".

Y aunque en vida recibió la medalla de oro en el Salón de Dibujantes de la Argentina en 1966 y el primer premio en Trento, en 1990, el mejor reconocimiento que podría recibir es que sus viñetas sean compartidas y exaltadas hoy por su tremenda vigencia. Otras de aquí abajo también son de una actualidad impactante. Síntoma de un país calesita, antes de un súper poder de Cilencio de predecir el futuro.

Murió en 2012, mientras trabajaba en Diario Popular).

La última viñeta es la que se viralizó, gracias a un rescate de la investigadora Mara Burkart. El resto son retiraciones de tapa de 1979, 1980 y 1981 y un autoretrato.

jueves, 2 de agosto de 2018

Hasta siempre Maicas

Eduardo Maicas murió hoy a los 67 años y nos deja, además de una gran tristeza, una gran trayectoria que incluyó ser uno de los puntales de varias publicaciones de Ediciones de la Urraca como Hum®, SexHum®, Humi, Fierro, además de trabajos trascendentes en radio y televisión -con maestros como Jorge Guinzburg, Carlos Abrevaya y Santo Biasatti- durante gran parte de los 80 y los 90. Dejó la empresa de Andrés Cascioli poco antes de que se decretara la quiebra, en 1999. En Hum® había arrancado como colaborador en el primer número, de junio de 1978, y llegó recomendado por su amigo Guinzburg, a quien había conocido en el ámbito publicitario: fue una doble página sobre el Mundial de fútbol.

Lo entrevisté una tarde para el libro -interrumpí un trabajo que hacía junto a Demian Aiello- en su departamento de Caballito y allí recreó una de las anécdotas que siempre gustaba contar y que lo retrata un poco.

Resulta que al salir SexHum® tuvo una presentación en el Centro Cultural General San Martín. Allí estaba Pablo Colazo, Aquiles Fabregat (que le imprimió el cuidado por el buen uso del lenguaje) y algunos dibujantes como Sanzol, Fortín, Meiji, Rep y Maicas. Maicas dibujaba la tira "Yironside" sobre una prostituta que trabaja en silla de ruedas. A la hora de las preguntas del público, un lector se paró y lo increpó:
-¿Usted hace "Yironside"?
-Sí.
-Yo pensaba que esa tira la hacía o un discapacitado o un hijo de puta...
-Maicas es las dos cosas, reaccionó Rep, para provocar una carcajada generalizada, incluido Maicas, con una discapacidad en una pierna que lo obligaba a llevar bastón.

miércoles, 20 de junio de 2018

Caputo, el de la Capureta

Durante la investigación de la historia de la revista Humor intenté buscar el testimonio de diversos dirigentes que habían sido blanco de caricaturas, tapas o incluso historietas; además de que pretendía determinar la relación con los distintos gobiernos o confirmar pistas sobre favores o presiones.

Correos electrónicos, llamadas telefónicas directas o por la vía de allegados, hice decenas de contactos, algunos en vano y otros productivos. Por ejemplo, Enrique Nosiglia nunca me dio una respuesta fiel a su personaje de monje negro de la política argentina. José Luis Manzano tampoco, fiel a su costumbre de no hacer aquello que no le reditúa. El entonces presidiario Albano Harguindeguy se escudó en el abogado defensor o viceversa. Carlos Corach fue escueto y amable.

Pero hubo dos personas –ambos radicales y funcionarios de Raúl Alfonsín- que sí accedieron a hablar de la relación con Humor. Rodolfo Terragno, amigo y abogado de Andrés Cascioli, colaborador de la revista y objetos de sátiras me recibió en su casa y charlamos largo rato sobre todo. Terragno fue el que me consiguió dar con otra figurita que hasta entonces se me hacía difícil: Dante Caputo. Le avisó de mi interés y me consiguió un correo electrónico. El ex canciller estaba en Washington como asesor especial del secretario general de la OEA.

Las facciones de la cara y algunas acciones que había desplegado como ministro de Raúl Alfonsín lo habían puesto en la mira de los humoristas. No sólo Humor se le animaba sino también imitadores como Mario Sapag que un día logró burlar la custodia presidencial e ingresó a la residencia de Chapadmalal disfrazado de él para reunirse con el jefe de Estado.

Para el carnaval del 84, la revista Humor regaló la "Capureta" que no era otra cosa que la cara del canciller junto con otra del entonces ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, otro pan comido para los dibujantes.

Entre marzo y abril de 2012, le escribí a Caputo no uno sino cinco emails y luego del quinto logré que contestara unas preguntas que aquí reproduzco como recuerdo ante de su muerte en este 20 de junio.

- ¿Leía la revista en la época de la dictadura? ¿Qué opinaba de ella?

- La esperábamos. Ya entonces conocía a Andrés a través de un gran amigo Jorge Alberto Sábato, quien escribía en Humor.

- ¿Recuerda cuándo apareció la primera caricatura suya y/o en qué situación era?

- No con precisión, pero debió 83 o comienzos del 84. A poco tiempo de asumir.

- ¿Qué le produjeron las caricaturas suyas que aparecieron desde entonces?

- Fue un lanzamiento a la pileta, me empezaron a reconocer por todos lados. No me molestaba en absoluto. Recuerdo que dije que quien no puede soportar una caricatura, debe estar hecho de espuma. Onganía cerró Tía Vicenta porque lo dibujaron como una foca!

- ¿Y cuándo hicieron la careta?

- Lo mismo,. En casa mis chicos usaban la capureta.

- ¿Qué era lo que le molestaba de los dibujos? ¿Había algo que le gustara?

- No especialmente, aunque me gustaban más los dibujos de Sábat, en Clarín.

- ¿Pensó en iniciar alguna acción judicial o hacer algún llamado telefónico?

- Esa es una pregunta que está en el límite de la ofensa. Si usted piensa que está entrevistando a alguien que por estas cuestiones puede recurrir a la justicia, me parece que vivimos en universos distintos. Voy a responder lo que falta sólo por respeto a Andrés.

- Una vez Andrés me dijo que alguien de cancillería, prensa, le había dicho de alguna molestia mía. Iniciativa propia de quien lo hizo! Ni por asomo, además iniciar una acción por cuál delito?

En todas las democracias hay revistas del tipo de Humor. En Francia Charlie Hebdo creo que es tres veces más osada de lo que era Humor. Alguien que intentara algo de ese tipo sería un ridículo.

- ¿La revista era tema de conversación en las reuniones de gabinete o gobierno?

- No que yo sepa. Me parece que había algunos temas un poco más apremiantes.

- ¿Guarda algún número donde esté usted?

- No y lo siento mucho. No me quedó ninguna capureta!

- ¿Pudo hablar con Andrés Cascioli o alguien de la revista de los dibujos?

- Creo que alguna vez lo hicimos, pero al pasar. Tengo de Andrés un gran recuerdo. Cuando salí del gobierno y llegó Menem y su revolución amoral, me dio espacio para escribir.

miércoles, 6 de junio de 2018

Cuarenta años no es nada

La noche de un día como hoy, pero de 1978, cuando la Selección que dirigía César Luis Menotti jugaba el segundo partido del Mundial de fútbol que se disputó en la Argentina (el 2-1 en el Monumental, con goles de Passarella y Luque y el descuento de Platini), llegaba a los kioscos el primer número de la revista Humor, que aquí pueden consultar completo. En esa misma página hay digitalizado mucho y buen material. Cuarenta años, sí, casi el doble de los que estuvo en la calle la publicación. Y no habrá homenajes, ni discursos, ni juntadas.

jueves, 11 de enero de 2018

Aquel enero del 83

Este 2018 es un año de aniversarios redondos para la revista Humor. En junio se cumplirán cuatro décadas de la salida a la calle y en estos meses 35 veranos del momento cumbre de ventas, en el del 83, cuando se produjo el intento de secuestro del número 97. En ese entonces, la revista se había convertido en un fenómeno imparable de una publicación mensual que era en el segundo semestre de 1978 a una quincenal que durante ese último lustro de la dictadura resultó el oxígeno de miles de personas. Para dimensionar ese crecimiento se podría decir que según el Instituto Verificador de Circulaciones, en enero de 1981 -cuando inició la auditoría-, el promedio de ventas era de 124 mil ejemplares que para fin de ese año trepó a 130 mil y en el año de la guerra de Malvinas se mantuvo en un ascenso, lento pero sostenido: en diciembre la cantidad superaba los 200 mil. Por eso, cuando la dictadura buscó impedir la distribución del famoso número 97, en enero de 1983, se armó un escándalo de proporciones como muestran los diarios de la época. Fue el único incidente grave que coronó intimidaciones, amenazas y tirones de oreja explícitos o solapados. Así lo recordaban cuando se cumplieron 15 años de aquel enero del 83.

viernes, 5 de enero de 2018

El humor democrático

En el número de enero de la revista Caras y Caretas escribí sobre el humor político desde el retorno de la democracia y, en nota aparte, la revista Humor. También hay artículos sobre Tato Bores, Cha Cha Cha, Diego Capusotto y Barcelona, una opinión de Alejandro Dolina y mucho más.

lunes, 13 de noviembre de 2017

La profecía de Firpo

En revista Panamá escribí sobre las posibles explicaciones al derrumbe de la revista Humor desde el retorno de la democracia.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Libros que muerden

Hoy estuve en el programa de Guillermo Piro y Demetrio López hablando de Humor y compartiendo mesa con los amigos Luciano Di Vito y Jorge Bernárdez que presentaban el libro #elfindelperiodismo. Acá el audio.

lunes, 24 de julio de 2017

Lucía Galán y el batallón 601

(Un oportuno extracto del libro) En julio de 1981, un hombre llegó a la redacción (de la revista Humor) que desde el mes anterior ocupaba todo el edificio de cuatro pisos de Salta 258, comprado por la editorial. El visitante pidió por Cascioli. Vestía de civil, pero se presentó como capitán de la Armada. El director había armado su espacio en el último piso del edificio, con más lugar para el tablero y un escritorio para su secretaria Nora Bonis, que le anunció: -Andrés, abajo hay un tipo que dice que es de la Marina y quiere verte a solas. -Bueno, que suba. Ni bien se acomodaron, el visitante sacó un arma que llevaba en la cintura y la apoyó en el escritorio. -Perdone, pero me molesta cuando me siento... -No hay problema. Usted dirá... -Bueno, veo que en el último número se burlan del aviso de la Armada Argentina donde canta una "nena insoportable"... -Ajá... -Ese aviso lo produje yo... que soy capitán de la Armada, bueno, en realidad trabajo en la parte de Inteligencia… -No diga... -El guión también es mío y el tema Su más valiente marinero lo hice yo y lo registré en Sadaic... -¿Entonces?... -Espere. Y la niña que lo canta es mi hija Lucrecia. -Bueno, ¿a qué viene todo esto? -No es ese solo el motivo por el que vengo a verlo. También dijeron que los del dúo Pimpinela no son hermanos... -Sí. -Yo soy el representante. Ellos sí nacieron en España. Y son hermanos. -Aja... ¿Entonces? -Yo estoy en la discográfica Columbia y es la primera vez que me pasa... -¿Entonces? -Quiero que se retracten o pidan disculpas y que hablen bien de ellos. Mire que esto se puede solucionar de otra manera... -¿Me está amenazando? Lo único que puedo ofrecerle es que usted escriba una aclaración y se la publicamos en el correo de lectores. -Mmm… de acuerdo. La carta se publicó y Alberto Gerardo Luna pareció quedar conforme. Sin embargo, tres días después de que el número 66 estuvo en la calle, lo llamó a Cascioli porque quería invitarlo a almorzar. "Lo paso a buscar en un rato". No hubo forma de decirle que no. El Tano se hizo acompañar por Garayoa, quien de casualidad estaba en la redacción. Cuando bajaron los esperaba Luna en un automóvil en cuyo asiento trasero había una joven que indicó el lugar a donde irían: una parrilla tradicional en la calle Suipacha. En el camino se desviaron para pasar por la esquina de Viamonte y Callao. "Acá trabajo yo", se ufanó Luna luego de señalar el edificio donde funcionaba el Batallón de Inteligencia 601. La joven tan parecida a Lucía Galán no volvió a abrir la boca mientras miraba por la ventanilla trasera.