La revista Humor en general y Andrés Cascioli en particular solían despreciar lo masivo y lo popular del humor argentino.
Ya en Satiricón, el primer producto periodístico que el Tano realizó con Oskar Blotta entre 1972 y 1974, había un especial ensañamiento con figuras del espectáculo y la farándula, como Roberto Galán o la mismísima Mirtha Legrand, protagonista de varias caricaturas de Cascioli y no precisamente favorecida.
Ya instalada la dictadura de Videla y compañía, figuras como Galán, Legrand, Juan Carlos Altavista, Jorge Porcel, Gerardo Sofovich y el hoy fallecido Juan Carlos Calabró no tuvieron una actitud de resistencia que sí blandía Humor. Por el contrario, siguieron en la pantalla y los teatros como si nada y, en algunos casos, con bastante obsecuencia hacia los represores.
Una de las tapas en la que aparece Calabró es esta de marzo de 1982, el número 78, donde se puede resumir el espíritu editorial de la publicación de Ediciones de la Urraca hacia esas figuras de la farándula y el tipo de humor que realizaban.
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