Un día como hoy, pero de 2009, fallecía Andrés Cascioli, tal vez el último gran editor gráfico que tuvo la Argentina, responsable de títulos como Satiricón, Chaupinela, Humor, Super Humor, Humi, Sex Humor, Fierro, El Periodista y tantos otros. Allí desplegó el gran talento que tenía como dibujante, ilustrador, creativo publicitario, caricaturista y, sobre todo, director técnico para detectar y sumar a los distintos proyectos a pares o mejores como él, y, por supuesto, muchos novatos.
Cuando encaré la escritura del libro sobre la historia de la revista decidí que el comienzo tenía que ser el velatorio que transcurrió dos días después y duró apenas cinco horas para presentar a los personajes que se mencionarían en los capítulos siguientes, pero además porque para muchos la muerte de Cascioli fue el cierre de una etapa: ya sin él no habría posibilidad de volver a juntar en un misma publicación a baluartes del plumín y el periodismo gráfico.
La muerte el 25 de junio de Michael Jackson y la actriz Farrah Fawcett Major tapó la despedida a un hombre que con sus luces y sus sombras hizo muchísimo por el periodismo argentino.
Aquí pueden leer ese primer capítulo.
martes, 24 de junio de 2014
miércoles, 18 de junio de 2014
Premio
La Cámara Argentina de Publicaciones premió el libro "Humor Registrado, Nacimiento, auge y caída de la revista que superó apenas la mediocridad general" de Editorial Marea en el marco del 26° Concurso "Los Libros Mejor Impresos y Editados en la Argentina" durante 2013. La entidad le concedió el segundo premio en la categoría "Ensayo General: Biografía, historia, ciencias sociales, ensayo periodístico" y el máximo galardón al trabajo "Argentina, il Gaucho: Arte, tradizione e fede" de Artifex. Felicitaciones a Editorial Marea, Constanza Brunet, Virginia Ruano y la imprenta Nuevo Offset.
jueves, 12 de junio de 2014
Humor y los Mundiales
Hay muchos abordajes posibles para contar la historia de la revista Humor. Se analizaron bastante –en especial en el ámbito académico- los cinco años bajo el yugo de la dictadura. Pero también se podría narrar a partir de la evolución e involución del humor gráfico o de las famosas tapas; de la relación que hubo con los lectores o explicar el sinuoso recorrido de las ventas.
También claro sería posible trazar etapas con cada Mundial de fútbol que se disputó a lo largo de los 21 años en los que la revista llegó a los kioscos. No sería forzado hacerlo porque la revista salió en la Argentina cuando comenzaba el Mundial del 78 e imperaba el terrorismo de estado. Aquel debut vendió alrededor de 22.000 ejemplares de los 25.000 impresos. Cuando cuatro años después se jugó el de España y la guerra de Malvinas tenía las últimas batallas, la publicación de Ediciones de la Urraca había crecido tanto que promediaba los 150 mil ejemplares (ya auditados por el IVC) y para el verano siguiente llegaría a los famosos 330 mil luego del número 97.
Pero en el de México 86 estaba Raúl Alfonsín, con quien la revista tuvo una relación ambigua, y la circulación se había desplomado por debajo de los 90 mil y sería de 50 mil ejemplares para el de Italia 90, con Carlos Menem en la Casa Rosada y responsable de medidas económicas hacían mella en empresas como la de Andrés Cascioli.
Cuando llegó el de Estados Unidos 1994, la revista comenzaba a ser la sombra de lo que había sido: sólo vendía 18.439 ejemplares. En el de Francia 1998, ni siquiera eso. Un año después dejaba de editarse.
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