viernes, 3 de julio de 2020
Izquierdo Brown, el de las tapas
La generosidad de Andrés Cascioli, director de la factoría Ediciones de la Urraca y capitán de la nave insignia que era Humor, le permitió a Izquierdo Brown compartir ese espacio único desde el número 98 (el siguiente al célebre secuestrado) de enero de 1983 y por algunos meses más. Luego la tarea recayó durante el alfonsinismo en Carlos Nine y, en los 90, en el joven Luis Gaspardo.
Durante su participación en el ciclo Plop de Canal Encuentro contó detalles de aquellos años en Humor.
Porteño de 1938, Izquierdo Brown ostentaba un fronduoso prontuario gráfico cuando se sumó al staff de Humor y conocía muy bien a Cascioli. Había publicado en 1962 en Vea y Lea, una de las revistas emblemáticas de la Editorial de Emilio Ramírez, donde también dibujó para Damas y Damitas, Maribel y Leoplán.
También había ilustrado avisos para agencias de publicidad como en esa época estilaban otros colegas como Roberto Fontanarrosa, el mismo Cascioli u Oskar Blotta, el duo que gestó Satiricón (1972-1974).
En Satiricón, Izquierdo hizo tapas y dibujó las tiras El Marqués de Sade y La Pochi y cuando la redacción fue clausurada por la efímera presidencia de Estela Martínez de Perón saltó a las publicaciones que nacieron enseguida de la mano de Blotta (El Ratón de Occidente) y Cascioli (Chaupinela).
También ilustraría en Gente, El Gráfico, Pitos y Flautas, Primera Plana, Caras y Caretas y Panorama.
Pero la jactancia: cuando en 2011 encaré la reconstrucción de la historia de la revista Humor intenté contactarlo para que me diera su testimonio. Primero a través del hijo (Juan), luego por allegados e intermediarios y, al final, un llamado telefónico. Con mucha amabilidad y firmeza me dijo que no quería participar.
No me conocía y ahora supongo: tal vez desconfío de mis intenciones o tenía cosas que prefería no contar o, simplemente, creía que todo lo que tenía que aportar estaba en la colección de las revistas y otras publicaciones de La Urraca como Humi.
Supongo también que no consideraba aquellas colaboraciones en Humor algo superior a una carrera constante y brillante; merecedora de elogios extras o comparable a un acto de arrojo y valentía porque al igual que muchos de quienes trabajaron allí solo consideraba eso un trabajo más, aunque muchos de los lectores nunca terminaremos de agradecerles por completo.
Murió en la medianoche de este jueves en el Hospital Británico de Buenos Aires. Tenía 82 años.
La despedida de Tomás Sanz, jefe de redacción de Humor.
viernes, 21 de febrero de 2020
Luis Gregorich 1938-2020
La nota de Vázquez hablaba de las presiones del gobierno de facto sobre el Poder Judicial, mientras que la de Gregorich, titulada "El jardín de los rebrotes", comparaba las maniobras políticas de Adolf Hitler en 1933 para exagerar las amenazas de los comunistas y las advertencias de los dictadores argentinos de un posible resurgimiento de la subversión a partir de incidentes en Plaza de Mayo durante una multitudinaria manifestación de la Multipartidaria, la CGT y organizaciones de derechos humanos, durante la cual fue asesinado Dalmiro Flores.
Al retornar la democracia, Gregorich se sumó al gobierno de Raúl Alfonsín -participó del guión de la película La república perdida y e integró el directorio de Eudeba, entre otras tareas- y decidió no sólo renunciar a Humor, sino comunicarlo con un texto publicado en el correo de lectores. Tras contar el paso por La Opinión, Clarín y Medios & Comunicación -donde hablaba de la censura militar de manera abierta-, Gregorich aseguraba: "Hum® fue distinto. [...] Pude recobrar mi voz con todas sus modulaciones y matices. Nadie me prohibió nada ni me pidió que fuera prudente". Luego confesaba tener un "impedimento ético" para escribir de política "en un órgano independiente como Hum®".
Me acabo de enterar del fallecimiento de Gregorich y sentí la urgencia de recordarlo aquí, aun con el temor de que este blog se convierta en la sección de avisos fúnebres y con este texto apurado. La despedida que publicó el colega Daniel Gigena es más completa y detallada sobre quién fue de este gran periodista.
En este página hay una link para descargar completo el número 97.
martes, 11 de febrero de 2020
Au revoir Claire
"¿Puede existir una mujer humorista? Sí, puede. ¡Claire Bretécher existe!, era el título de la presentación en el sumario del número 25, de diciembre de 1979. "Nosotros hemos sostenido siempre con firmeza -ya que los hechos así lo demuestran- que las mujeres no sirven para hacer humor. No nos vamos a desdecir, pero sí vamos a declarar que Claire Bretécher es una inmensa excepción confirmatoria de la regla", decía la nota que lejos de ocultar un tono machista lo remarcaba al calificarla de "increíble fémina" con un "físico no desdeñable y una carita que mata".
Bretécher empezó de niña a dibujar, estudió Bellas Artes y publicó desde 1963 obras satíricas de mucha repercusión como Celullitis o Ensaladas de Estación -publicadas en la archifamosa revista Pilote-, hasta que decidió editar su propia revista L'Écho des savanes, tal como hizo Andrés Cascioli con Humor, que mantuvo mientras colaboraba en Le Nouvel Observateur.
También incursionó como letrista de canciones y en la pantalla.
La consagración a nivel local e internacional llegaría con "Los frustrados" o "Agripina". La primera era una sátira de la izquierda acomodada que ella misma integraba - y la segunda el personaje de una adolescente impulsiva y egoísta que se convirtió en serie animada.
Se la consideró una pionera en temas íntimos, femeninos y feministas en los cómics, que luego alcanzó un público más amplio y de crítica social. «La mejor socióloga del año», la describió Roland Barthes en 1976. Para Barthes, "Los frustrados desmontaban irónicamente los mitos de la cultura de masas y los lugares comunes de la pequeña burguesía europea o de la nueva izquierda post-68".
Durante la investigación del libro intenté contactarla pero entre mi francés de traductor de Google y la sinuosa Internet no fue posible.
Había nacido en Nantes en 1940 y murió el lunes 10 último a los 79 años. El obituario de France 24.
La investigadora Mara Burkart escribe más sobre ella en este paper.
Y el colega Martín Pérez traza este perfil de ella en La Diaria.
jueves, 27 de junio de 2019
De remate
miércoles, 12 de junio de 2019
Diez años sin el Tano Cascioli
lunes, 29 de abril de 2019
María Elena Walsh y la revista Humor
viernes, 26 de abril de 2019
Adiós Juan
viernes, 29 de marzo de 2019
Hablemos de Cilencio
Cilento no sólo publicó en Humor porque antes, durante y después también lo hizo en revistas de todo el mundo como Gente, Rico Tipo, El Gráfico, Avivato, Tía Vicenta, Satiricón, Goles, Radiolandia 2000, las ediciones argentina de Playboy, de USA y España; Anteojito y Antifaz, Billiken, El Batracio Amarillo y La Codorniz y en los diarios El Mundo, La Prensa, Diario Popular y Crónica.
El mismo se definía así: "Soy antes que nada humorista, por vocación filosófica, y porque no se hacer otra maldita cosa, que dibujar y escribir, sobre todo humor, parte de hacerlo por radio".
Y aunque en vida recibió la medalla de oro en el Salón de Dibujantes de la Argentina en 1966 y el primer premio en Trento, en 1990, el mejor reconocimiento que podría recibir es que sus viñetas sean compartidas y exaltadas hoy por su tremenda vigencia. Otras de aquí abajo también son de una actualidad impactante. Síntoma de un país calesita, antes de un súper poder de Cilencio de predecir el futuro.
Murió en 2012, mientras trabajaba en Diario Popular).
La última viñeta es la que se viralizó, gracias a un rescate de la investigadora Mara Burkart. El resto son retiraciones de tapa de 1979, 1980 y 1981 y un autoretrato.
jueves, 2 de agosto de 2018
Hasta siempre Maicas
Lo entrevisté una tarde para el libro -interrumpí un trabajo que hacía junto a Demian Aiello- en su departamento de Caballito y allí recreó una de las anécdotas que siempre gustaba contar y que lo retrata un poco.
Resulta que al salir SexHum® tuvo una presentación en el Centro Cultural General San Martín. Allí estaba Pablo Colazo, Aquiles Fabregat (que le imprimió el cuidado por el buen uso del lenguaje) y algunos dibujantes como Sanzol, Fortín, Meiji, Rep y Maicas.
Maicas dibujaba la tira "Yironside" sobre una prostituta que trabaja en silla de ruedas. A la hora de las preguntas del público, un lector se paró y lo increpó:
-¿Usted hace "Yironside"?
-Sí.
-Yo pensaba que esa tira la hacía o un discapacitado o un hijo de puta...
-Maicas es las dos cosas, reaccionó Rep, para provocar una carcajada generalizada, incluido Maicas, con una discapacidad en una pierna que lo obligaba a llevar bastón.
miércoles, 20 de junio de 2018
Caputo, el de la Capureta
Correos electrónicos, llamadas telefónicas directas o por la vía de allegados, hice decenas de contactos, algunos en vano y otros productivos. Por ejemplo, Enrique Nosiglia nunca me dio una respuesta fiel a su personaje de monje negro de la política argentina. José Luis Manzano tampoco, fiel a su costumbre de no hacer aquello que no le reditúa. El entonces presidiario Albano Harguindeguy se escudó en el abogado defensor o viceversa. Carlos Corach fue escueto y amable.
Pero hubo dos personas –ambos radicales y funcionarios de Raúl Alfonsín- que sí accedieron a hablar de la relación con Humor. Rodolfo Terragno, amigo y abogado de Andrés Cascioli, colaborador de la revista y objetos de sátiras me recibió en su casa y charlamos largo rato sobre todo. Terragno fue el que me consiguió dar con otra figurita que hasta entonces se me hacía difícil: Dante Caputo. Le avisó de mi interés y me consiguió un correo electrónico. El ex canciller estaba en Washington como asesor especial del secretario general de la OEA.
Las facciones de la cara y algunas acciones que había desplegado como ministro de Raúl Alfonsín lo habían puesto en la mira de los humoristas. No sólo Humor se le animaba sino también imitadores como Mario Sapag que un día logró burlar la custodia presidencial e ingresó a la residencia de Chapadmalal disfrazado de él para reunirse con el jefe de Estado.
Para el carnaval del 84, la revista Humor regaló la "Capureta" que no era otra cosa que la cara del canciller junto con otra del entonces ministro de Economía Juan Vital Sourrouille, otro pan comido para los dibujantes.
Entre marzo y abril de 2012, le escribí a Caputo no uno sino cinco emails y luego del quinto logré que contestara unas preguntas que aquí reproduzco como recuerdo ante de su muerte en este 20 de junio.
- ¿Leía la revista en la época de la dictadura? ¿Qué opinaba de ella?
- La esperábamos. Ya entonces conocía a Andrés a través de un gran amigo Jorge Alberto Sábato, quien escribía en Humor.
- ¿Recuerda cuándo apareció la primera caricatura suya y/o en qué situación era?
- No con precisión, pero debió 83 o comienzos del 84. A poco tiempo de asumir.
- ¿Qué le produjeron las caricaturas suyas que aparecieron desde entonces?
- Fue un lanzamiento a la pileta, me empezaron a reconocer por todos lados. No me molestaba en absoluto. Recuerdo que dije que quien no puede soportar una caricatura, debe estar hecho de espuma. Onganía cerró Tía Vicenta porque lo dibujaron como una foca!
- ¿Y cuándo hicieron la careta?
- Lo mismo,. En casa mis chicos usaban la capureta.
- ¿Qué era lo que le molestaba de los dibujos? ¿Había algo que le gustara?
- No especialmente, aunque me gustaban más los dibujos de Sábat, en Clarín.
- ¿Pensó en iniciar alguna acción judicial o hacer algún llamado telefónico?
- Esa es una pregunta que está en el límite de la ofensa. Si usted piensa que está entrevistando a alguien que por estas cuestiones puede recurrir a la justicia, me parece que vivimos en universos distintos. Voy a responder lo que falta sólo por respeto a Andrés.
- Una vez Andrés me dijo que alguien de cancillería, prensa, le había dicho de alguna molestia mía. Iniciativa propia de quien lo hizo! Ni por asomo, además iniciar una acción por cuál delito?
En todas las democracias hay revistas del tipo de Humor. En Francia Charlie Hebdo creo que es tres veces más osada de lo que era Humor. Alguien que intentara algo de ese tipo sería un ridículo.
- ¿La revista era tema de conversación en las reuniones de gabinete o gobierno?
- No que yo sepa. Me parece que había algunos temas un poco más apremiantes.
- ¿Guarda algún número donde esté usted?
- No y lo siento mucho. No me quedó ninguna capureta!
- ¿Pudo hablar con Andrés Cascioli o alguien de la revista de los dibujos?
- Creo que alguna vez lo hicimos, pero al pasar. Tengo de Andrés un gran recuerdo. Cuando salí del gobierno y llegó Menem y su revolución amoral, me dio espacio para escribir.